Un nuevo modelo de crianza

ANGÉLICA GONZÁLEZ
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La ampliación a 12 semanas del permiso de paternidad desde el pasado día 1 es acogido con alborozo por los jóvenes que acaban de tener una criatura. Varias parejas nos contaron sus planes antes de salir del hospital

Jesús Sacristán, con Luca en brazos y Alia Lupandina al lado. - Foto: Jesús J. Matías

A pesar de que aún hay mucho por lo que trabajar en el ámbito de la igualdad entre mujeres y hombres y en la reducción del machismo en la sociedad, es cierto también que cada vez más se está implantando un nuevo modelo de crianza basado en compartir los cuidados de los hijos, y que los jóvenes padres lo asumen no solo con naturalidad sino también con ganas. Se trata de un cambio de paradigma muy lejos ya de aquel de hace años en el que eran las mujeres las únicas cuidadoras, al que ha ayudado a implantarse no solo una nueva forma cultural de afrontar la maternidad y la paternidad sino los cambios que van experimentando las leyes. Un ejemplo recientísimo es la ampliación de 8 a 12 semanas del permiso de paternidad, que ha sido acogido con alborozo por todos aquellos que han tenido un hijo desde el pasado día 1, que fue cuando entró en vigor la nueva duración de la baja. La intención del Gobierno es que el próximo año esté ya equiparada a la de maternidad, que es, como se recordará, de 16 semanas.

¿Y cómo asumen esta novedad los afectados? Álvar Hernández, de 37 años, lo tiene clarísimo: se va a implicar profundamente en la crianza de Laín, un precioso bebé que a lo largo de esta entrevista -que tuvo lugar la semana pasada- descansaba en brazos de su madre,  Laura Ortega, de 32 años, poco antes de marcharse a su casa tras recibir el alta en el servicio de Obstetricia del Hospital Universitario de Burgos. El pequeño nació el 5 de enero y su padre ya es bastante ducho en labores de cambio de pañal «y en lo que haga falta». Álvar afirma que va a disfrutar de su baja primero las cuatro semanas inmediatamente posteriores al nacimiento, tal y como lo indica la ley.

Esta joven pareja, que trabaja en la residencia y el centro de día para  personas con discapacidad Las Calzadas, afirma que durante los primeros días de convivencia con Laín se las han apañado «bastante bien» para atender al niño y descansar los dos en función de las necesidades de cada uno y en pie de igualdad. «Eran otros tiempos», apostilla el abuelo cuando se le pregunta por la novedad y cuando escucha hablar a Álvar, que no oculta que cruzó los dedos para que Laín no se adelantara y naciera antes del día 1: «Cada vez la gente de nuestra edad se implica más en la crianza aunque todavía hay alguno que busca excusas o se escaquea, pero es una excepción. Y no se trata de ‘ayudar’ sino de que el niño es mío igual que de ella y asumo la responsabilidad de su cuidado». De momento, Laín se lo está poniendo muy fácil porque es dormilón y solo llora cuando tiene hambre.

Álvar Hernández y Laura Ortega, con Laín, su precioso bebé.Álvar Hernández y Laura Ortega, con Laín, su precioso bebé. - Foto: Jesús J. Matías

Los planes de Jesús Sacristán son muy parecidos: asumir la responsabilidad del cuidado de Luca, su bonito bebé que nació el día 4 con un peso de 3,215 gramos y 51 centímetros y estar a todo lo que necesite Alia Lupandina, que en el momento de la entrevista aún se resentía de un parto que fue largo y difícil. La joven pareja, burgalés él y moscovita ella, acaban de volver a España después de un tiempo viviendo en Milán (Italia) y antes de saber por dónde irán sus tiros labores y vitales van a pasar estos primeros meses de vida de su niño con la familia en Burgos. Él está vinculado laboralmente a una startup con sede en Madrid a través del teletrabajo y va a coger con ganas las primeras cuatro semanas de baja paternal: «Mi única labor en todo ese tiempo va a ser el cuidado del niño, no tengo ningún problema por hacer cualquier cosa que necesite. El niño es de los dos y los cuidados se los damos los dos. Ya he dicho en la empresa que hasta mediados de febrero no estoy y como sabíamos que iba a ocurrir nos apañamos para que otra persona ocupe mi lugar durante este tiempo. No me han puesto ningún problema, y eso que estoy en periodo de prueba».

Alia asiente cuando escucha a Jesús y reconoce que su apoyo ha sido incondicional antes, durante y después del parto. «Venimos de Italia, donde el permiso para los padres es solo de tres días. Hicimos allí también el curso preparto y puedo decir que todo es muchísimo mejor aquí. Eso de que la mujer es la única que tiene que ocuparse del niño está todavía muy implantado».