En el último concurso de traslados para médicos de Sacyl, resuelto a finales de septiembre, el HUBUofrecía 171 vacantes en 36 servicios distintos, pero solo seis de ellos atrajeron a idéntico número de profesionales: uno en Cirugía pediátrica, uno en Farmacia hospitalaria, uno en Nefrología, uno en Neurofisiología clínica, uno en Oncología médica y otro en Urgencias. Otra cosa es cuántos de estos profesionales tomen luego posesión de la plaza, dado que en Urgencias, con grave déficit de médicos en este momento, ya se sabe que no se ocupará.

En este caso, y también en el de las otras 165 vacantes, los puestos se cubren con personal interino. Es decir, la asistencia se presta, pero en unas circunstancias que conllevan mucha movilidad y, por lo tanto, inestabilidad en las plantillas. El mejor ejemplo de este problema está ahora en Urgencias del HUBU, donde hay 13 plazas disponibles que ahora ni siquiera consiguen cubrirse con médicos en interinidad. El servicio tiene un déficit de diez urgenciólogos, pero, incluso suponiendo que encontrara personal suficiente para cubrir al 100% la plantilla médica (30 efectivos, según datos oficiales de 2020), estaría siempre condicionado por la potencial pérdida de efectivos: en el momento en el que un interino encuentra una oferta mejor, puede marcharse.

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