«La Administración desconoce nuestra realidad»

A.C.
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ENTREVISTA | Ana Peña abrió hace 20 años sus 2 casas rurales en el Valle de Valdebezana cuando en Merindades había una decena de alojamientos de turismo rural frente a los más de cien actuales. Se asoció a Turalbur cuando se fundó y ahora la preside

Ana Peña Gordon, nueva presidenta de Turalbur frente a la fachada de sus casas rurales La Toba I y II. - Foto: A.C.

La nueva presidenta de Turalbur ya ha pasado por los puestos de vocal y tesorera en los últimos años. Comprometida con el asociacionismo, cree que es el mejor modo de defender los intereses del sector.

Uno de los problemas del turismo rural radica en su escaso asociacionismo. ¿Cómo lo combatirá?

Ahora estamos 35 casas rurales en Turalbur, muy pocas, dado que en la provincia somos 400. En 2020 y 2021 decidimos no cobrar cuota por la situación de pandemia. Envié un correo electrónico a todas las casas de Las Merindades, pero solo he conseguido tres altas. El resultado es frustrante. No sé qué problema hay, porque ni siquiera sin pagar parece que asociarse resulte atractivo. No sé cual es el problema. Hemos debatido mucho el tema de las cuotas, si poner una cuota baja para tratar de ser muchos socios y hacer más fuerza de cara a la Administración, o ser pocas, pagar algo más y ser más profesionales. Hay quienes te piden que les envíes reservas y una asociación no es un portal de reservas, sino que busca ser representativa de un sector de cara a la Administración. Esa es mi idea de una asociación. 

¿Cabría, no obstante, que Turalbur cree un portal?

En la web tenemos la información y nos pueden buscar. Pero el coste de una central de reservas y de una persona que la lleve no nos la podemos permitir, siendo 35. Hubo una central de reservas de todos los alojamientos de Castilla y León que hizo la Junta y no funcionó.

En los tiempos de pandemia, ¿qué papel ha tenido Turalbur?

Durante la pandemia, Paco Hernansanz ha mantenido multitud de reuniones con representantes de la Junta de Castilla y León porque las restricciones nos han matado, especialmente las limitaciones del número de personas que en una casa particular no las había. Hicimos fuerza para que se quitaran.

Con la nueva federación que están armando, ¿serán más fuertes?

La idea es que un presidente de esta federación nos represente a todos y así no ir cada asociación de cada provincia a plantear las mismas cuestiones, que son comunes.

¿Por qué valora tanto la interlocución con las administraciones?

Porque creo que muchas veces tienen buenas intenciones, pero desconocen como es la realidad. Es bueno que si hay buenas intenciones y recursos, se nos tenga en cuenta y se nos escuche y sepan en que invertir sus presupuestos. A veces nos hacen caso y, a veces, no. Se trata de colaborar para el beneficio de todos. El problema es que somos pocos. No es lo mismo ir a hablar con la Junta representando a 35 casas que a 300. Pero veo difícil la solución, aunque lo voy a intentar. Quizás somos muy individualistas. En comunidades vecinas, como el País vasco, más acostumbrados al asociacionismo, son muchos más y tienen una central re reservas y un técnico... funcionan de maravilla porque son muchos. La falta de socios es nuestro mayor problema.

¿La Junta ha estado a a la altura este último año?

Las últimas ayudas estaban destinadas a los que habían pedido un crédito para mantenerse abiertos. Pero si habías tirado de tus ahorros, para no endeudarte, como hemos hecho la mayoría, no podías pedirlas. Así que no hemos recibido apenas dinero. Esperábamos esa última ayuda para gastos de mantenimiento, porque hemos tenido que seguir pagando las facturas, pero cuando llegó la decepción fue que estaba condicionada a que hubiéramos pedido un crédito.

¿Cómo se presenta este verano?

Bien. Hemos ido admitiendo reservas, porque esperábamos que las cosas pudieran mejorar. El pasado verano fue muy bueno y éste creo que va a ser mejor porque hay menos miedo a juntarse tras las vacunas. La pandemia nos ha beneficiado un poco, porque se rehuyen los sitios masificados y se sale más a lugares tranquilos, aislados, de naturaleza. Pero el verano aquí se limita a la segunda quincena de julio y agosto. Y primavera y otoño son temporadas muy buenas para el turismo rural.

Anuncian que van a luchar contra las casas ilegales. ¿Cómo?

Ya hemos hablado con la Administración y no hace nada. Así que los asociados que conozcamos alquileres vacacionales de un mes o menos sin ser casa de turismo rural lo denunciaremos. Son viviendas que se anuncian en portales turísticos, como Airbnb, que no pagan impuestos y nos perjudican a todos. No se puede utilizar el término casa rural, si no eres un alojamiento de turismo rural. Eso lo denunciamos y lo hemos logrado eliminar de muchos portales. Una casa rural ofrece habitaciones más amplias, un baño por cada cuatro plazas, no puede haber literas, una atención más profesional...