"Te preferimos lejos y viva que cerca y en el cementerio"

A.G.
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La colombiana Magnolia Sánchez , que fue concejala del Partido Social de Unidad Nacional y colaboradora de Colombia Humana, vive desde febrero en Burgos y ha solicitado la consideración de refugiada porque afirma que su vida corre peligro

Magnolia Sánchez, solicitante de refugio que actualmente vive en Burgos. - Foto: Patricia

Apenas quince días después de que llegara a Burgos huyendo de unas amenazas de muerte más que creíbles, la colombiana Magnolia Sánchez , activista por los derechos humanos, tuvo que confinarse, como todo el mundo. Pero ella lo hizo en un piso de la entidad Burgos Acoge y tras solicitar el estatuto de persona refugiada, sobre cuya resolución está aún a la espera. "Mis hijos fueron muy claros, me pidieron que me marchara de allí, me dijeron 'te preferimos lejos pero viva que cerca y en el cementerio'. Primero pensé en Francia como destino pero, finalmente, llegué a España porque me planteaba más facilidades por el idioma ", explica esta mujer, que asegura que desde que tiene uso de razón se ha dedicado a la política y al activismo por los derechos humanos y ambientales.

En su lugar de residencia, Guamal Meta, municipio situado en el centro-este del país, llegó a ser concejala por el Partido Social de Unidad Nacional, más conocido como Partido de la U, y ahí comenzó una de sus luchas más intensas: evitar que se hiciera una perforación petrolífera junto al reservorio de agua más grande de la zona que abastece a una gran cantidad de población. También puso en un brete al alcalde, que era de su propio partido, a quien denunció por prácticas corruptas: "Yo soy de pensamiento libre y no me sentí conforme con lo que se estaba haciendo y vi allí malos manejos del dinero, cantidades que se iban de los fines sociales a otras inversiones y no me callé ". Eso, asegura, le conllevó las primeras amenazas, señalamientos y un estigma difícil de llevar a cabo en una localidad de apenas 12.000 habitantes,

Lejos de tranquilizarse la situación con la llegada del proceso de paz al país en 2016, a Magnolia la señalaron como "guerrillera" porque, afirma que se dedicó a denunciar las eliminaciones sistemáticas que se estaban produciendo a pesar del momento que vivía Colombia: "Me decían que yo estaba formando a los jóvenes para que se transformaran en guerrilleros castrochavistas y socialcomunistas. Me acusaban por denunciar todo lo que estaba pasando ". Continúa su labor pública, esta vez apoyando la candidatura a la presidencia de Gustavo Petro, exguerrillero del M-19 y exalcalde de Bogotá, con su equipo Colombia Humana. "Sacamos 1.700 votos frente a 6.000 de la derecha ya pesar de ello, un día llegaron dos personas a mi casa -una con vínculos paramilitares y otra que luego supe que era policía- y me dijeron que como era guerrillera tenía 24 horas para irme del país. Yo no me lo creí y seguí para adelante aunque varios compañeros fueron asesinados ". Continuó sin cejar en su empeño y se presentó a las elecciones en un distrito de Bogotá: lo único que ganó fue que llegaran nuevas amenazas y en ese momento sus hijos la conminaron a marcharse.

Desde que está en Burgos - "aquí paseo con la tranquilidad con la que me gustaría hacerlo en mi país donde se ha perdido la empatía y todo el mundo va a lo suyo" - se ha puesto en contacto con entidades como Amnistía Internacional, Burgos con Colombia y con el partido Unidas Podemos, donde ya milita. Su principal objetivo es divulgar la situación que atraviesa su país. Así lo hizo hace no mucho tiempo con una ponencia en la Universidad de Burgos titulada 'Colombia y su dolor' donde afirma que el acuerdo de paz está desestabilizado y el país, en un colapso: "Hace tiempo que sufrimos un recrudecimiento de la violencia y alteración del orden público en todo el territorio nacional y el avance de los grupos al margen de la ley aliados con el narcotráfico, siguen las amenazas y asesinatos de líderes sociales, los desplazamientos masivos y el crecimiento de las rutas del narcotráfico".