El poeta regresa a sus raíces

I.P. / Burgos
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Quintanaortuño inaugura el 3 de junio una escultura, obra de Cristino Díez, en homenaje al escritor Hilario Martínez Nebreda (1945-2020), nacido en la localidad y considerado una de las voces de referencia literarias de este siglo

Cristino y Purificación Rueda, alcaldesa de la Quintanaortuño, junto a la obra. - Foto: Valdivielso

Culto, humanista, filosófico y de una precisión técnica envidiable. Ese es el poeta. Popular, cotidiano y cargado de mística. Ese era el hombre. Así, en ambas facetas le describían algunos amigos, esos con los que frecuentaba las tertulias del Café de Oriente, primero, y del popular Gijón más adelante.

Para los vecinos de Quintanaortuño, el pueblo donde nació en 1945, Hilario es el vecino, el hijo del pueblo que venía de vez en cuando, el hermano de Pepe y de Pedro. Ahora, a medida que van conociendo el proyecto del Ayuntamiento descubren al escritor, al poeta y al humanista del que sentirse orgullosos y a quien eternizar en su pueblo. Él, que falleció en enero de 2020, ya es eterno como su obra, pero ahora su presencia se hará cotidiana en el Paseo del Poeta, que así pasará a llamarse el que ahora se conoce como el Paseo del Río, por el Ubierna que transcurre junto a él. Será a partir del día 3 de junio cuando una escultura ocupe un lugar destacado en esa zona que el Consistorio viene acondicionado desde hace años, con espacios ajardinados, mesas y bancos, parque infantil y hasta pistas deportivas.

La iniciativa de hacer ese homenaje a Hilario ha partido del Ayuntamiento de la localidad, que llevaba tiempo masticando la idea de erigir una escultura en su honor, explica Purificación Rueda, la alcaldesa, que añade que de esta manera el pueblo salda una deuda con uno de sus hijos más importantes en el mundo de la cultura. Además, afirma Rueda, será la manera de acercar al escritor a sus vecinos, muchos de los cuales le identificaban por su familia, pero no le vinculaban a esa faceta suya por la que ha pasado a la historia de la literatura. En adelante, los más mayores -que le conocieron de niño- y los jóvenes sabrán de él y se interesen por su obra. La alcaldesa, en todo caso, recuerda los vínculos de toda la familia Martínez Nebreda con el pueblo, donde aún conservan la casa familiar; dos de sus hermanos viven entre Burgos y Quintanaortuño, y el resto frecuenta el pueblo en veranos, fiestas y cuando se celebra cualquier otro acontecimiento. El día 3 toda la familia estará en esa fiesta de homenaje popular.

El mismo Hilario acudía siempre que podía a Quintanaortuño, aunque por sus obligaciones lo hiciera menos de lo que le gustaría, reconoce su hermana Marifé, con la que más ha convivido sobre todo en su etapa madrileña. Para la familia, este reconocimiento de Quintanaortuño es un orgullo porque, además, añade su hermana, «siempre ha presumido de ser castellano, burgalés y de su pueblo». Está enterrado, de hecho, en el cementerio de la capital burgalesa.

Figura alegórica. La escultura que se instalará el primer fin de semana de junio en el Paseo del Poeta, coincidiendo con la celebración de las fiestas de San Juan de Ortega -otro de los hijos ilustres del pueblo- es obra de Cristino Díez. Se trata de una obra en hierro con la figura alegórica de una paloma -de estilo cubista- con una pluma en la boca y un libro -el toque realista- en el que se recoge un texto del autor: En tanto que la palabra funda el ser, me encuentro en la profundidad de esta tarea... completado con una placa en la que figura su nombre, fechas de nacimiento y muerte y localidad. Se trata de una estructura moderna, típica del estilo del artista, que va sobre una estructura también de hierro oxidado. El conjunto mide 3 metros de alto y pesa unos 150 kilos.

Hilario Martínez Nebreda era el mayor de seis hermanos. Estudió Psicopedagogía en la Universidad de Santiago de Compostela y en esa faceta de compromiso social y humanista cabe destacar su trabajo con grupos como Lar de Galicia, Los Titiriteros de Binéfar o La Ciudad de los Muchachos de Orense. 

En cuanto a su vertiente literaria, mucha de su pasión se la debe a un tío paterno que le inició desde niño en lecturas de cancioneros y romanceros. Dos poetas le guiaron en sus inicios, San Juan de la Cruz y Rubén Darío. Es autor de una decena de libros desde que apareciera en 2000 Almanaque de piedra. Otras obras destacadas de Martínez Nebreda son Cantar del mío cantar, Esbozos de Platón en los labios de una musa y Chagas no mar, escrita en gallego, sin olvidar el cancionero El caminante y la luna en el que recopiló cinco décadas de creación literaria.

Tras dejar Galicia, Hilario llegó a la capital del país a finales de los años 70 donde se encontró con la 'movida madrileña', frecuentando pub y asociaciones. En el año 2000 se unió a la iniciativa de una nueva tertulia del popular Café Gijón y Asociación que reunía a poetas y pintores con el nombre 'Versos pintados del Café Gijón'. Según los críticos literarios y sus propios compañeros, su estilo era culto, filosófico y técnicamente muy preciso, pero al mismo tiempo popular, cotidiano y cargado de mística.