El adiós definitivo a las Coloniales de Briviesca

S.F.L.
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El propietario del histórico comercio, Desiderio Alonso, solicita al Consistorio la declaración de ruina del edificio y de los dos contiguos. El expediente permanece aún en tramitación

Los inmuebles adyacentes al número 14 se encuentran en peor estado. - Foto: S.F.L.

Todo briviescano mayor de veinte años conoce y recuerda las Coloniales, un tradicional comercio que además de suministrar almendras, chocolate y aceite permitía encontrar «prácticamente de todo lo que se necesitaba en el hogar», evoca Ciprino Gómez, concejal de Urbanismo de la capital burebana. Dos décadas han transcurrido desde que su propietario, Desiderio Alonso, decidiera bajar la verja, y es ahora cuando ha optado por pedir al Ayuntamiento que tanto el legendario edificio, como los dos adyacentes, sean declarados ruina.

El dueño no ha presentado la Inspección Técnica del Edificio (ITE), de aplicación obligatoria en todos los edificios con más de 40 años de los municipios de más de 20.000 habitantes de Castilla y León, sino que «directamente ha solicitado la ruina», manifiestan fuentes del Consistorio. Cuando el procedimiento se inicia a instancia de parte, en este caso del propio dueño, éste hace la solicitud y entre otra documentación debe de «presentar un certificado del técnico competente encargado de realizar la descripción, justifica la causa de la ruina, describe y valora las obras para mantener o reparar dicho inmueble en condiciones de seguridad, salubridad, habitabilidad y ornato», añaden.

Actualmente, el expediente se encuentra en fase de información pública por un periodo de dos meses, con el fin de dar audiencia a propietarios, ocupantes y titulares de derechos de la situación y «una vez pasado el plazo los servicios técnicos municipales realizarán un dictamen pericial», añaden.

Imagen de la calle Santa María Bajera en los años treinta.Imagen de la calle Santa María Bajera en los años treinta. - Foto: ARCHIVO MUNICIPAL DE BRIVIESCA

El procedimiento finalizará con la correspondiente resolución que adopte la Junta de Gobierno, órgano que en esta materia tiene las competencias delegadas y deberá decidir si se deniega, ordenando así la ejecución de las obras necesarias para que los inmuebles cumplan con los requisitos exigidos en la ITE, o se declara el estado de ruina, decretando la rehabilitación o la demolición del edificio, especificando las obras y medidas necesarias. Posteriormente, el propietario deberá solicitar una licencia urbanística para las obras de reforma o de demolición de las tres edificaciones ubicadas en el casco histórico de la ciudad.

Sin embargo, el edificio número 14 de la calle Santa María Bajera de Briviesca -correspondiente a las Coloniales- permanece protegido ambientalmente por pertenecer al Inventario del Patrimonio Histórico Industrial de Castilla y León (IPHICYL) y «no se puede exigir el derrumbe si el inmueble está catalogado con una protección que lo impida», aclaran desde el Ayuntamiento.

Según Gómez, el número 14 «continúa habitado por los propietarios» del local, mientras que los dos contiguos no, que son los que presentan una peor situación en el interior que puede provocar un derrumbe a corto plazo y ocasionar un riesgo para los viandantes.

Más de 50 años de actividad. Las tiendas de ‘ultramarinos y coloniales’ ponían con su hoy obsoleta denominación un toque de aventura y exotismo en el cotidiano ‘zoco’ comercial de la ciudad. Como no podía ser de otra manera, en Briviesca se ubicaba una en la calle Santa María Bajera. Desiderio Alonso, atento y rápido con los clientes, mantuvo su local abierto durante más de medio siglo. «Era un reclamo en el centro de la localidad y el grueso de su oferta lo constituían productos de la tierra: embutidos, conservas, aceites, harina, azúcar, tabletas de chocolate... Todos compraban allí», manifiesta Javier, un vecino de la capital burebana.

DB ha intentado contactar con el propietario sin éxito pero desde el Archivo Municipal aseguran que hay constancia de que en 1937 el negocio ya funcionaba. Se custodia una copia digitalizada de un albarán de entrega de suministros por importe de 426 pesetas al entonces Hospital Militar de Briviesca (actual Colegio Juan Abascal) durante la Guerra Civil, fechada en diciembre de 1937 (en la imagen) y en la que se aprecia claramente el sello Desiderio Alonso. Asimismo, el empresario burebano patentó una marca, La Briviescana, muy reconocida en la zona.