Sacyl monta un punto rápido de toma de muestras en San Amaro

G.G.U.
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Es el primer Auto-Covid de la capital: un lugar en el que se cita a personas con síntomas leves para no perder tiempo yendo de casa en casa. No son test rápidos, el material se procesa como hasta ahora

Todas las personas a las que se les recogen muestras en San Amaro han sido citadas con antelación y han de esperar un mínimo de 4 horas por el resultado. - Foto: Valdivielso

La Gerencia de Atención Primaria de Burgos puso en marcha ayer en el aparcamiento que está bajo la pista de atletismo de San Amaro el primer Auto-COVID de la capital. Tiene un nombre rimbombante, pero no es más que un punto de encuentro entre personal sanitario y personas con sintomatología leve de infección por SARS-CoV-2, que van en coche hasta allí -a la hora a la que han sido citados- para bajar la ventanilla y permitir que les froten la garganta o el interior de las fosas nasales con un hisopo. Así se obtiene un material biológico que se envía al laboratorio de Microbiología del HUBU y se procesa como hasta ahora, con la ya archiconocida técnica PCR, para corroborar si esa persona se ha contagiado de coronavirus o no. El resultado, muy fiable, se obtiene pasadas más de cuatro horas.

Es decir, que el Auto-COVID se trata de un espacio de recogida rápida de muestras, pero no de un sitio en el que se hagan los también ya famosos test diagnósticos rápidos, que todavía no han llegado a Castilla y León. Ni de alta ni de baja fiabilidad. La consejera de Sanidad, Verónica Casado, reiteró ayer que esos kits que permiten saber en 10 o en 15 minutos si hay contagio (funcionan de forma semejante a los test de embarazo) no estarán disponibles en esta Comunidad hasta la próxima semana. Sacyl ha comprado material de este tipo por su cuenta, pero también se está a la expectativa del anunciado envío del Ministerio de Sanidad.

Con la puesta en marcha de este recurso lo que se hace es evitar que el personal sanitario que recoge las muestras pierda tiempo en desplazamientos de una casa a otra. Así, el equipo que lo coordina cita a las personas con sospecha de infección en un mismo lugar y se agiliza la recogida de muestras, para enviarlas al laboratorio y acelerar todo el proceso.

En el momento en el que se disponga de los test rápidos, se pondrán a disposición de centros sanitarios y residencias de ancianos, para que sean los primeros en conocer la incidencia real de los contagios y tomar medidas que eviten infecciones en cascada y los temidos microbrotes en centros sociosanitarios. 

A partir de ahí se utilizarán con la población general, para romper la cadena de contagios y delimitar de forma más exacta la dimensión de la epidemia en el territorio, lo cual también ayudaría a conocer la tasa de mortalidad con más precisión. Muchas de las personas sin diagnosticar tienen síntomas leves o incluso son asintomáticas, pero están contagiadas y detectarlas restaría peso a las personas críticas o fallecidas sobre el total de las personas afectadas. Ayudaría, en definitiva, a conocer con más exactitud a qué nos enfrentamos.

La realización masiva de pruebas diagnósticas fue la clave del éxito de Corea del Sur en la contención de la pandemia, por ejemplo. Allí consiguieron aislar casi desde el principio de los síntomas a las personas contagiadas y evitaron lo sucedido en China, en Italia y ahora en España.