Alrededor de 200 hosteleros se han vuelto a concentrar ante la Delegación Territorial de la Junta, en la Glorieta de Bilbao, para mostrar su indignación por el anuncio del gobierno autonómico de prorrogar el cierre de los establecimientos otras dos semanas. Los representantes del sector, a la vista de la evolución de los datos epidemiológicos, tenían la confianza de poder reabrir esta misma semana el interior de sus negocios. Una medida que los afectados consideran necesaria para "poder controlar los comportamientos de muchos ciudadanos, y evitar la ruina de la Comunidad". 

Los participantes han roto varios platos de manera simbólica para volver a denunciar que el sector está muy mal y reiterar que ellos no son los culpables de la pandemia, sino víctimas de la misma. Los asistentes a la concentración achacan la escasa presencia de manifestantes al hartazgo acumulado después de tantos meses y a la bonanza meteorológica que está permitiendo trabajar en las terrazas.

En el comunicado que han trasladado a los medios insisten en la necesidad de poner en marcha mecanismos que permitan una compensación económica que se traduzca en ayudas directas ágiles en forma y pago.