Turismo accesible: una asignatura pendiente

M.G.Z
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La limitada oferta de ocio y tiempo libre para las personas con movilidad reducida hace que disfrutar de un momento de relax o de recreo se convierta en un auténtico desafío por las barreras con las que se topan

Carmen, paciente de ELA, a la entrada de la playa de Fuente Prior, un lugar inaccesible para sillas de ruedas. - Foto: Alberto Rodrigo

La igualdad de oportunidades, la no discriminación y la accesibilidad universal son derechos amparados por la ley; sin embargo, hoy en día el turismo accesible continua siendo un reto. «Hasta que no vas con una silla de ruedas no te das cuenta de las dificultades. Haces el propósito de viajar porque quieres ir en familia pero la verdad es que es muy duro viajar con estas personas», confiesa Pilar, familiar de Pablo, afectado de tetraparesia debido a la esclerosis múltiple secundaria progresiva que padece.

La mayor dificultad a la que se enfrentan las personas con movilidad reducida es la búsqueda del alojamiento. «Algunos hoteles dicen que están adaptados pero luego llegas ahí y simplemente es que puedes entrar en él y moverte; están medio adaptados», matiza José Antonio, marido de Carmen, paciente de esclerosis lateral amiotrófica (ELA) desde hace 40 años. Y es que son muchos los aspectos que tienen que tener en cuenta para cerciorarse de la accesibilidad, como por ejemplo la distribución a cota cero, las características de la ducha, camas articuladas, habitaciones y zonas comunes espaciosas para desplazar la silla.

«Siempre tienes que andar buscando y buscando muchas especificaciones y al final, por comodidad, terminamos yendo ocho años al mismo sitio», añade Pilar. Como buen ejemplo, la familia menciona la cadena hotelera perteneciente al Grupo Social ONCE, Ilunion Hotels, que cuenta con el Certificado Global en Accesibilidad Universal. Además, adicionalmente muchos afectados tienen que alquilar una grúa ortopédica y contratar un cuidador a través del Ayuntamiento del lugar del destino, internet o agencias especializadas. «La grúa no me resulta difícil de buscar, las ortopedias las alquilan por días, pero los cuidadores sí. Son trabajos duros y muchos no están del todo cualificados, recuerdo que en una ocasión uno nos dejó tirados a los dos días», añade Pilar. 

En contraposición, el matrimonio se decanta por los viajes organizados de COCEMFE, ONG que defiende los derechos de las personas con discapacidad. En este sentido, la Asociación de Afectados de Esclerosis Lateral Amiotrófica de Castilla y León (ELACYL) actúa de intermediaria para informar a sus afiliados de las excursiones de la entidad y facilitar la tramitación de los documentos necesarios para disfrutar de estas experiencias.

En lo referido a la oferta de actividades culturales, por lo general, son más inclusivas y el abanico de posibilidades se extiende a propuestas como el turismo por la ciudad, visitas a museos, espectáculos teatrales o el cine.

Sin embargo, las alternativas de costa son muy limitadas. «En Tenerife fuimos un día a sentarnos a la playa, punto. En La Manga ni siquiera nos acercamos: la playa estaba ahí mismo pero no tenía acceso adaptado. Este tema para personas con silla de ruedas está bastante mediocre», lamenta José Antonio. Solo algunas playas cuentan con puntos accesibles para que cualquiera, independientemente de sus capacidades, pueda disfrutar de un momento de diversión en el mar de forma cómoda y segura. Estos espacios se caracterizan por contar con aparcamientos en las inmediaciones, pasarelas casi hasta la orilla y WC, vestuarios, lavapiés y duchas accesibles.

Servicios. A su vez, ciertos puntos de Cruz Roja disponen de un dispositivo de baño adaptado donde facilitan el acompañamiento así como el préstamo de chalecos salvavidas y sillas o muletas anfibias. En la mayoría de los hoteles las piscinas tampoco están correctamente preparadas, pues son pocas las que cuentan con una silla o grúa, a lo que se le suma un problema de conservación. «Cómo piensan que van a ir dos personas al año no se preocupan de mantenerlas y claro, cuando llega el momento de que alguien quiere utilizarlas, pues pasa eso, que no funcionan correctamente», reclama José Antonio.

En cuanto al transporte, Pilar considera el tren como una alternativa cómoda, al tener un servicio gratuito de asistencia para personas con movilidad reducida que brinda al usuario de orientaciones y ayuda para el tránsito en las estaciones así como la subida y bajada al vagón. No obstante, para llegar a su destino vacacional la familia opta por desplazarse en su vehículo: una furgoneta adaptada con una plataforma lateral. «El problema es la urbanización de las ciudades. Si aparcas en una plaza de minusválidos y el bordillo tiene más centímetros que la plataforma ya no puedes desplegarla; entonces tienes que intentar buscar otro sitio llano». Por su parte, el matrimonio también elige viajar en su turismo adaptado debido a que es la alternativa que mejor se amolda a sus necesidades. La pareja comenta que únicamente ha utilizado el avión en una ocasión en un viaje organizado por la ONG. «No hubo ningún inconveniente. El problema que vi ahí es que hay sillas de ruedas que son muy costosas y a la hora de llevarlas en los aviones no ponen mucho cuidado con ellas».

A nivel urbanístico, otro gran impedimento es el acceso a los comercios. «La mayoría tienen un bordillo en la entrada de 5 o 10 centímetros, un escalón. No entiendo cómo a estas alturas no se les ha obligado a hacer una pequeña rampa o algo para que la gente pueda entrar. Tienen que estar accesibles para todo el mundo», señala José Antonio. También reivindica los obstáculos que encuentran al acudir a un local hostelero, pues la altura de las mesas no siempre es compatible con una silla de ruedas.

En definitiva, las personas con movilidad reducida se enfrentan a una larga lista de limitaciones que dificultan ya no solo su disfrute vacacional, sino también en los detalles más pequeños de su día a día. «Son cosas que vas encontrando que no puedes solucionar, y el que las puede solucionar tampoco pone gran interés», reivindican. Todavía existe un gran camino por recorrer para que la vida salga rodada.