Ciencia con ética

J.M.
-

La ingeniera y docente Carmen García reivindica en el programa STEM Talent Girl que en las carreras tecnológicas también hay un compromiso social. Trabaja en una aplicación para convertir en texto la lengua de signos

Carmen García, instantes antes de la charla que impartió ayer en el Museo de la Evolución Humana. - Foto: Christian Castrillo

Las chicas del programa STEM Talent Girl, la iniciativa impulsada por la Fundación ASTI y la Junta de Castilla y León para despertar vocaciones femeninas en las carreras científicas, suelen estar acostumbradas a oír hablar a prestigiosas directivas de grandes empresas. Pero en Carmen García se encontraron con un perfil diferente. Procedente de la investigación en el ámbito universitario, la ingeniera de telecomunicaciones gallega les habló mucho de inteligencia artificial, de big data y del internet de las cosas pero también lo hizo de "ética". Y qué mejor manera de hacerlo que describiendo un proyecto en el que está trabajando desde hace dos años en la Escuela de Ingeniería de Telecomunicaciones de Vigo y que tiene como objetivo crear una aplicación que reconozca de manera automática la lengua de signos para convertirla en un texto.

En el Museo de la Evolución, García lamentaba que las grandes empresas no apostaran por crear herramientas de este tipo ya que su objetivo es "obtener rentabilidad" y la lengua de signos afecta a un núcleo de población minoritario que hace no sea un negocio crear aplicaciones comerciales de este tipo. Y aunque se mostró esperanzada en que dentro de no mucho se den pasos, lo cierto es que mientras ahora la tecnología ha avanzado de tal manera que con una lengua oral "puedes hablar a las maquinas y éstas te reconocen, una persona sorda no tiene un dispositivo que le pase a texto lo que quiera decir y que sí pueda comunicarse con una oyente".

Reconocía que desarrollan es de una extraordinaria complejidad ya que lo que hacen es analizar la lengua de signos acumulando recopilando datos y creando algoritmos sobre el movimiento de las manos, la expresión de la cara, de la boca y con los giros del tronco del cuerpo. El objetivo, que una aplicación pueda convertir esos mensajes en texto.

García admitía la "preocupación" porque solo el 25% del alumnado de las carreras de ingeniería fueran mujeres cuando es mayor la proporción de chicas que de chicos en la Universidad. Y de ahí que las animara, desde el ejemplo, a cursar estudios relacionados con las matemáticas, la tecnología, la ingeniería y la ciencia.