"No hay que ser catastrofistas"

J.C.M.
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Fernando Estévez llegó el pasado 26 de octubre al Burgos con la misión de salvar la categoría. Aunque la derrota ante el Fabril ha frenado la evolución del equipo, está seguro de llegar a los 46 puntos para sellar la permanencia

"No hay que ser catastrofistas" - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

Fernando Estévez transmite optimismo. Pese a que su equipo está en puestos de descenso, se muestra convencido de lograr los 46 puntos necesarios para salvar la categoría y lo hace apoyándose en la plena confianza que tiene en su plantilla y en su afición.

Tras la derrota del domingo expresó su enfado más grande desde que fichó por el Burgos. ¿Por qué?

Porque el partido implicaba dar un paso importante y creo que debimos estar a un nivel superior al que tuvimos. Hasta el gol estábamos más cerca del 0-1 que del 1-0. Lo que me enfada es que un despiste tan monumental nos penalice tanto.  

Sorprende ese error cuando el Burgos había dado un evidente paso adelante a nivel defensivo.

Llevábamos 7 jornadas sin cometer ese tipo de errores, desde el partido contra el Inter. Ese despiste es impropio de un equipo que quiere aspirar a salir cuanto antes de los puestos de descenso.

El equipo ha vuelto a los puestos de descenso. ¿Hay que preocuparse?

Obviamente hay que estar preocupados por la situación pero también hay que ocuparse de la situación. Las notas finales se entregan a finales de mayo y hay que ser conscientes de que tenemos un estrecho margen de puntos respecto a los equipos que están por delante. Ahora no me resulta preocupante la tabla clasificatoria, pero es algo que tiene que tirar de nosotros. Hemos trabajado mucho para salir de ahí y creo que es el momento de dar un paso adelante.

Hace un mes, tras ganar a Fuenlabrada y Ponferradina, se disparó la euforia. ¿Qué ha pasado desde entonces?

Si miramos nuestra trayectoria, está siendo regular en los últimos siete partidos. Y ese es el principal argumento para confiar en este equipo. No podemos dejarnos llevar por el entorno, ni en las buenas ni en las malas. A nivel interno tenemos que mantener ese nivel de atención, concentración, intensidad. No hay que ser catastrofistas. No lo hemos sido en las derrotas ni tampoco egoístas en las victorias. Ya lo he dicho estas semanas, habrá resultados muy justos, semanas en las que entremos, otras en las que salgamos, pero ahora estamos en ese momento de dar el paso definitivo hacia adelante, coger ventaja con esos puestos de peligro y afrontar el tramo final con confianza. Lo del domingo fue un paso atrás y ahora espero que el equipo reaccione en el próximo partido y dé un paso adelante.

¿Qué puede pasar de aquí al final de temporada?

Final a final, exigencia a exigencia. Estoy convencido de que si logramos mantener la regularidad y el nivel de compromiso y atención vamos a conseguir más pronto que tarde esos 46 puntos. Cada partido va a ser una final y nunca debemos bajar los brazos, juguemos con quien juguemos.

¿Piensa que con 46 puntos se asegura la salvación?

Sí esa es la cuenta que me hago todos los años. Para mí significa la salvación y el pago de una comida a mis jugadores. Es el primer objetivo, aunque quiero creer y creo que no va a ser el único. Siempre hay que mirar hacia adelante, aunque ese es el primer paso.

Hace dos años, en esta misma jornada, teníamos 27 puntos y llegamos a 45, obligados a jugar el play out.

No estaba aquí y puedo hablar de las sensaciones que tenemos a nivel interno, y son que tenemos un equipo competitivo y que vamos a competir bien. Confío en el trabajo del equipo y tengo el convencimiento de que vamos a superar la barrera de los 46 puntos. Soy optimista porque confío mucho en lo que estamos haciendo y en la solidez de las últimas semanas.

¿Ha logrado solucionar los problemas que veía en la plantilla en este mercado de invierno?

Creo que sí. Ha quedado una plantilla más corta, pero más competitiva. Ahora miras al banquillo y ves jugadores que pueden cambiar la dinámica del partido. Ese nivel de competencia interna tiene que beneficiar el rendimiento del grupo. Estoy muy contento con las tres incorporaciones. Son jugadores de nivel y es complicado lograr esto en el mes de enero. Ahora se trata de que puedan elevar el rendimiento del equipo cada domingo.

¿Faltó ese lateral izquierdo?

Sí, pero no se trata ahora de entrar en reproches. Creo que hay que estar contentos cómo ha quedado la plantilla. Hubo varias opciones, no se concretaron y no voy a utilizar esto como excusa.

¿Era tan descompensada la plantilla para tener que realizar seis salidas?

Creo que sí. Desconozco cómo se diseñó la plantilla. Había un problema de efectivos en la parte de atrás y mucha gente en la parte de adelante. Lo importante es que hemos hecho los ajustes necesarios para ser más competitivos y que cada puesto tenga la amenaza de un compañero.

¿Ha tenido facilidades en el club para atender sus peticiones?

Sí. Teníamos claro el perfil de jugadores que queríamos y nos pusimos a trabajar sobre ello. El club estaba dispuesto a hacer un esfuerzo para reforzar el equipo y Endika ha hecho caso al cuerpo técnico.

¿Cómo se encontró la plantilla cuando llegó?

El principal problema era interno. Se habían generado unas expectativas muy altas, el equipo no rendía y estaba bloqueado. Al equipo le faltaba fuerza a nivel interno para competir cada semana y esa sensación de impotencia era lo primero que teníamos que cambiar. Ahora existe esa sensación de que podemos salir a competir cada domingo, que puede con las circunstancias y con el rival que tiene delante. Ahora los jugadores tienen esa fortaleza mental.

¿Y cómo cambió esa dinámica?

Lo primero que hicimos fue reajustar las expectativas y luego en el trabajo del día a día. Ha contribuido todo el cuerpo técnico, Javi, Diego y Óscar. Ha tenido una parte muy importante José Mari. Es la persona que yo me he traído de confianza. Tiene una perspectiva diferente a la mía porque ha vivido el fútbol profesional desde dentro.

¿Qué trabajo tienen psicológicamente hasta el final?

Estar en Burgos y en el Burgos es muy bonito pero también exige una responsabilidad y hay que estar a la altura, trabajar día a día para que el equipo mantenga la cuerda tensa y ese nivel de intensidad. La primera muestra será el partido del domingo. El equipo siempre ha respondido después de una situación adversa. Recibimos a un rival importante y tenemos que estar a la altura.

¿Ha notado que a algunos jugadores les ha podido la responsabilidad?

Cuando llegué vi un bloqueo y ahora mismo creo que ese bloqueo se ha convertido en responsabilidad. Tenemos que estar a la altura de las circunstancias. Creo que los jugadores que hemos traído pueden contribuir a ello, además de la incorporación de Andrés.

Para buscar una mejoría en el equipo reconoció que había tenido que cambiar su ideario futbolístico.

Sí, pero lo interpreto como crecimiento. En mi trayectoria como entrenador nunca había utilizado línea de cinco en defensa. Pero tras analizar las circunstancias había que ajustar algo y creo que acertamos porque nos ha dado mayor seguridad, y hemos podido ajustar mejor las piezas del puzzle que teníamos y con un nivel mayor de competencia interna. Siempre digo que una persona competente tiene que saber adaptarse a las circunstancias, tener flexibilidad, y todo esto me está ayudando a crecer como entrenador.

¿Incluso reconvirtiendo a jugadores como Undabarrena?

Tiene fundamentos defensivos y vimos que se podía adaptar bien. Lo hablamos con él y está rindiendo a un nivel muy alto. En el caso de Andrés no nos sorprende porque hemos visto su versatilidad; y Goti puede jugar de delantero o defensa.

Suele recurrir mucho al papel de la afición.

Creo que hay que armonizar esa relación. Un club es más importante cuando se consigue la armonía entre la afición y los jugadores. Pero sería egoísta pedir eso a la afición si no ven nuestra entrega y rendimiento en el terreno de juego. La afición es soberana y está reconociendo que los jugadores dan el cien por cien. Es nuestra responsabilidad dar argumentos a la afición y ojalá podamos lograr esa comunión.

Desde el club se habla de la confianza en su trabajo, incluso en unas posibles conversaciones para la renovación, pero usted dice que no toca. ¿Si todo sale bien, ve un buen proyecto en el Burgos y participar en él?

La respuesta es clara. Cuando un club tiene un rumbo claro es una buena opción para muchos entrenadores. Si conseguimos el primer objetivo, que son los 46 puntos, mi primera opción será Burgos. Es una ciudad en la que estoy a gusto y con un proyecto que creo que va en la dirección adecuada. A eso hay que sumar su afición, con mucha hambre de fútbol. Cuando firmé me dijeron que la afición apretaba, pero lejos de eso, creo que hay un hambre brutal porque las cosas funcionen. Si se une todo ello Burgos es un sueño para cualquier entrenador. Para que se dé esa posibilidad hay que hacer méritos, y el primer objetivo se llama 46 puntos antes de plantearse el futuro.

¿No le dio miedo coger al Burgos con ocho puntos?

A veces el riesgo es no arriesgar. Siempre te da vértigo pero luego eso se convierte en responsabilidad.