Estudian instalar unas piscinas temporales en Briviesca

S.F.L.
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El Ayuntamiento de Briviesca -que ha parado todas las actuaciones municipales por el estado de alarma- no garantiza que la reforma de las dotaciones acuáticas finalice antes de verano

Los trabajos de reforma avanzaban con éxito. - Foto: DB

Frenazo a todas las obras municipales de Briviesca por la crisis del COVID-19. Esta paralización incluye la primera fase de la reforma de las piscinas, que comenzó -con algo de retraso- a mediados de febrero. Ante la situación de alerta sanitaria en la que el país se encuentra inmersa los objetivos cambian aunque, el alcalde de la ciudad, Álvaro Morales, asegura que el equipo de gobierno local baraja algunas alternativas para «ubicar una instalación acuática provisional» en caso de que los trabajos no finalicen antes de verano.

El Ayuntamiento de la capital burebana pone de relieve que la prioridad a día de hoy es «garantizar las medidas adecuadas para evitar la propagación del virus», pero a la vez trabaja para intentar cubrir la demanda lúdica -sobre todo de los más pequeños- en época estival. Por el momento, el regidor apunta que ya ha contactado con alguna empresa que se dedica a este tipo de infraestructuras pero que no puede adelantar en qué consistirá y si realmente se ejecutará.

«Quizás, ni siquiera podamos llevar a cabo esta idea puesto que nadie sabe cuando terminará la cuarentena», manifiesta. Así, también se desconoce como se retomará el día a día de los ciudadanos y de las empresas. «Lo más probable es que pase tiempo hasta que tengamos la posibilidad de aglutinarnos un número elevado de personas en el mismo área», asiente Morales.

La consultora ha sido quien ha tomado la decisión de paralizar las obras porque alguno de los técnicos de Galitec -empresa adjudicataria- se encuentra confinado en su domicilio por contagio del virus. Sin la figura de dichos empleados no hay alternativa, los trabajos se detienen.

La ligera demora en el comienzo de dichas obras generó en su día cierto nerviosismo entre algunos de los vecinos. Actualmente, todo ha cambiado y aquellos que en un principio criticaban la posibilidad de que las labores de renovación del recinto no acabasen a tiempo para darse los primeros chapuzones en junio, ya no piensan igual. Rocío, una usuaria habitual, considera que lo prioritario es la salud y que si este año no pueden disfrutar de las piscinas, ya irán a las de Oña o Poza. Manolo rememora las hazañas en los ríos con sus amigos en tiempos de juventud y recuerda que en La Bureba existen zonas idóneas para el baño, como en Lences. Al inicio de los primeros movimientos de tierra sobre el solar, DB habló con fuentes de la compañía que gestiona las labores y mandaron un mensaje tranquilizador a todos los briviescanos. «Acabaremos en abril, dentro del plazo establecido, y las instalaciones podrán abrir sus puertas sin problemas en junio», afirmaron. El único handicap con el que podrían toparse se reducía a unas malas condiciones climatológicas. Unas fuertes lluvias o una nevada ocasionarían un atraso en el trabajo pero, ¿quién iba a imaginar que en menos de un mes las cosas se torcerían de semejante manera?

Los trabajos, que se adjudicaron por un importe de 369.900 euros más IVA, contemplan la reparación de los vasos, entre otras actuaciones. Hasta el momento, las funciones se desempeñaban a un buen ritmo y las paredes de las partes más arcaicas ya se habían demolido. La construcción de las nuevos piscinas prosperaba con éxito.