La concejala de Podemos en el Ayuntamiento, Margarita Arroyo, sorprendió ayer al romper su neutralidad en las elecciones internas que la formación morada va a celebrar en cuestión de semana para elegir a su futuro secretario general local (portavoz en términos de la formación) y lo hizo para decantarse por la candidatura de Ignacio Palma. O mejor dicho, para rechazar su respaldo a su compañero de filas en el Consistorio, Israel Hernando, ya que la edil afirmó que no comparte que una misma persona acumule un cargo institucional y orgánico.

El giro de Arroyo, al menos en  público, deja muestras de la herida abierta en el partido y en el grupo municipal. En el ámbito de la candidatura de Hernando, que cuenta con el apoyo explícito del líder regional del partido, Pablo Fernández, de la procuradora burgalesa, Laura Domínguez y del entorno que lideró en su día Raúl Salinero, no han sentado bien las declaraciones de la concejala aunque prefieren guardar silencio.

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