Los sueños visten frac y saben inglés

A.S.R.
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José GarGarAs debuta en el mundo editorial con el cuento 'The Penguin Who Wanted to Meet a Polar Bear', que creó a viva voz noche a noche para dormir a su hijo Enzo cuando era un bebé

José García, salmantino residente desde hace ocho años en tierras burgalesas, muestra orgulloso una de las páginas dobles del libro. - Foto: Luis López Araico

Cada noche, contaba un cuento a viva voz a su hijo para que se durmiera, se lo inventaba al momento, y, día a día, durante meses, fue encadenando una historia protagonizada por un pingüino que quería conocer a un oso polar y que a Enzo le atrapó durante mucho tiempo antes de caer en brazos de Morfeo. Después de unos meses, José García resolvió registrar el trozo correspondiente. Llegó la pandemia y las 24 horas de cada jornada se alargaron. Decidió dar forma al texto, pulirlo, corregirlo y buscar su publicación. Lo mandó a cuatro editoriales. Le contestó Babidi-Bú. Y el pasado mes de octubre, cuando un mensajero llamó a su puerta, con los primeros ejemplares de The Penguin Who Wanted to Meet a Polar Bear, no se lo podía creer. Con ilustraciones de Inaia Oliver, José GarGarAs, su seudónimo, que juega con sus dos apellidos y su Salamanca natal, acariciaba su ópera prima. «Me emocioné mucho. No sé cómo expresar con palabras lo que viví. Sentí que la idea que yo tenía y que había trabajado durante cinco años estaba materializada. Tenerlo ante ti te embriaga. Todavía es una ensoñación», expone y confiesa que le cuesta creérselo incluso y pese a que ya le han empezado a llegar fotos del volumen en las librerías y los primeros aplausos.

Comparte que aunque desde la adolescencia escribe cositas como una válvula de escape, ser padre le empujó a un universo desconocido que le sedujo mucho. «Descubrí en la literatura infantil historias muy bonitas, bellas y trabajadas y empecé a experimentar contándole a mi hijo, que entonces tenía ocho meses, una historia para intentar que se durmiera», desvela sobre este primer libro que tiene la particularidad de estar escrito en inglés, la lengua en la que habla a sus vástagos desde que eran bebés. «Tomamos esa decisión, pensamos que era una ventaja, que les vendría bien para normalizarlo y, de momento, lo mantenemos», explica la elección de la lengua de Shakespeare para este debut editorial. 

The Penguin Who Wanted to Meet a Polar Bear sigue los pasos de un pingüino que quiere conocer a un oso polar. Ese deseo que alberga desde niño le lleva a emprender un viaje, de la Antártida al Polo Norte, para cumplir, en principio, un sueño imposible. Se despide de sus padres y con su mochila a la espalda, inicia toda una aventura. Se cruza con obstáculos, conoce a nuevos amigos, encuentra lugares increíbles... y todo para alcanzar su destino.

A trazar este camino le ayudó a su manera, con indicaciones de lo que le gustaba y lo que no, el propio Enzo, que ahora tiene cinco años. Por eso, dice, es tan especial. Y porque resultó una experiencia tan bonita la repitió con su hija, Helia, de tres años, con una nueva historia para ella. 

Aún en las nubes y fascinado por la literatura infantil, ya tiene cuatro libros acabados y un porrón de ideas apuntadas en una libreta para otros futuros. «Los niños han sido un descubrimiento como fuente de inspiración. Cada día aprendo una cosa nueva», resalta convencido del enorme poder de la imaginación.