El sector de alimentación y metal copan el trabajo temporal

I.M.L.
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La contratación responde a las necesidades de la producción, que empieza a repuntar en el mes de enero para atender a la demanda del mercado. Puestos de fabricación y soldador son los más frecuentes

Verdifresh es una de las factorías que suplementan su plantilla con contratos temporales para afrontar las necesidades de producción. - Foto: DB

La importante presencia de empresas de alimentación y del metal en el tejido económico de la comarca tiene su reflejo en el mercado laboral. Estos dos sectores son los que absorben la mayoría de las ofertas de trabajo temporal a lo largo del año, para poder cumplimentar sus plantillas y hacer frente a los momentos en los que el mercado les demanda una mayor producción.

En estos momentos, después del parón navideño, se vuelve a reactivar la búsqueda activa de trabajadores. "En Navidades hay muchas empresas que han bajado la producción pero ahora sí que tenemos algo más", reconoce Javier Iglesias, técnico de la oficina de Eurofirms en la capital ribereña, que insiste en la estacionalidad de este tipo de procesos de selección. "Las empresas demandan según los picos de producción que tienen, en alimentación en verano suele haber más pico, que luego baja en noviembre y diciembre y vuelve a subir a partir de ahora, fluctúa un poco", recalca.

Ejemplos de esa tendencia variable según el calendario a la contratación temporal son algunas de las firmas del ámbito de la alimentación asentadas en Aranda de Duero. "Empresas como Verdifresh, Magdalenas de las Heras o Hermanos Chico se mantienen bastante estables durante todo el año, nos dan bastante trabajo", apunta Iglesias.

Uno de los buques insignia del sector agroalimentario en Aranda es Pascual, que inicia el año pendiente de la evolución del mercado global y de la situación sanitaria para ajustar su producción y, por lo tanto, su plantilla a las necesidades que puedan surgir. "El incremento inflacionista en costes energéticos, materias primas y auxiliares, las dificultades de aprovisionamiento y también la subida de los costes de transporte por carretera y los fletes marítimos suponen una seria amenaza para las empresas y el empleo del sector, que aún se encuentran en un proceso de recuperación de la crisis provocada por la pandemia", aseguran desde la compañía arandina, que cuenta con una plantilla de 2.300 empleados y siete plantas industriales.

El sector del metal, con empresas como Aranda Coated Solutions y Ecosteel (antes Todo Aceros), "nos suelen pedir gente durante todo el año y ahora hay demanda de soldadores", apunta este técnico de la ETT, constatando que la demanda de soldadores desde el tejido empresarial ribereño es una pauta estable que no encuentra los suficientes profesionales en esa ocupación.

Junto a esta petición más específica, y de manera puntual, otros puestos que se busca cubrir en la comarca son electromecánicos o programadores. En los últimos siete días se publicaron en web específicas de búsqueda de empleo otras ofertas como operarios de logística y empaquetado, contable, bodeguero, mecánico de camiones, agente inmobiliario, repartidor, carnicero, dependiente de tienda o instalador de fibra óptica. "Un administrativo suelto en otro sitio, no suele ser lo habitual, algún reponedor a veces también, depende de las circunstancias de cada empresa", añade Iglesias sobre estas ofertas puntuales de empleo.

Otro de los sectores que presenta una destacada rotación laboral es el de la hostelería, aunque la selección de personal se mueve más por canales internos, pasándose las ofertas entre gente que ya se conoce de otros empleos y colocando carteles de 'se busca camarero/a' en los propios establecimientos. "Trabajamos con alguna empresa grande de hostelería pero siempre cuentan con los mismos, hace mucho que no tenemos búsqueda activa en ese sector", reconoce Javier Iglesias.

Lejos de estas islas que suponen los dos sectores con más movimiento por las demandas del mercado global, la fotografía fija que arroja el mercado laboral ribereño mantiene la tónica del año pasado, marcada por la falta de certeza. Una inseguridad que se traduce en que la mayoría de las empresas no tiene previsto aumentar su plantilla a corto plazo.

NUEVOS PROYECTOS QUE PRECISARÁN CONTRATACIONES. Dos de los pilares económicos de Aranda, Michelin y GSK, afrontan este año nuevos retos que tendrán su reflejo en sus plantillas.

La factoría arandina de la multinacional francesa del neumático cerró 2021 contratando a 12 personas para las líneas de producción y en 2022 los perfiles que buscan son más específicos. "Durante este año incorporaremos a más de 10 ingenieros para puestos técnicos de fabricación, calidad, mantenimiento y organización industrial. Estas incorporaciones están justificadas por nuestros niveles máximos de producción y un plan de inversiones ambicioso para 2022, que pretende superar al realizado estos últimos años", remarca el director de la fábrica, César Moñux, que cifra las inversiones en 2020 y 2021 en 40 millones.

Por su parte, GSK mantiene una plantilla estable que supera los 500 trabajadores y no ha sufrido ERTE alguno en los dos últimos años. Para este año, fuentes de la compañía explican que su planta en Aranda "se prepara para fabricar tres nuevos productos para tratamientos oncológicos y de VIH, con un suministro global, incluyendo a Estados Unidos una vez se consiga la certificación FDA". Esta previsión servirá para mantener y cumplimentar la plantilla según demande la producción.