El Burgos CF sufrió en Tenerife el lunes la derrota más dura de la temporada. Pero no tiene tiempo para las lamentaciones. Sin apenas descanso debe afrontar otro duro partido contra el Real Zaragoza, un rival que viene con más urgencias y con la necesidad imperiosa de acabar con su racha de nueve empates consecutivos, el último de ellos contra el CD Mirandés.

La plantilla de Julián Calero regresó a Burgos el martes por la tarde. Entrenó en El Plantío, también lo hizo ayer por la mañana y esta tarde debe saltar al campo para intentar la victoria ante uno de los equipos llamados a luchar por el ascenso pero que ahora mismo está tres puntos por detrás en la clasificación.

El objetivo es evidente, recuperar el nivel exhibido ante Real Oviedo y SD Huesca, dos victorias que sacaron al Burgos de la zona baja de la tabla. Para ello debe olvidar el partido de Tenerife y recuperar las sensaciones que está transmitiendo en su estadio, ante su afición.

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