«Lo que la dueña del local ha hecho es robarme». Así de rotundo se muestra David M., responsable del bar ‘La última parada’ de Villafría después de que la propietaria le denunciase por destrozar el establecimiento la semana pasada. Asegura que en todo momento se negó a renovarle el contrato (el cual apunta que sigue en vigor porque se autorenovaba el 1 de enero) e impidió que traspasara el negocio a otra persona para «quedarse con todo lo que yo había invertido en la reforma del local». 

El inquilino desmiente casi todo lo que Angelines, la dueña del local, denunció a este periódico hace unos días. Señala que cuando llegaron a un acuerdo para que él montara allí un negocio no quiso bajarle el alquiler a pesar de la pandemia y que tuvo que ser su gestora la que la convenciese. Por otro lado, niega que le deba dinero por el tabaco que le suministró. «Le dije que se quedara con lo que le pagué por la fianza porque daba de sobra», sostiene. 

David M. relata que a principios de enero pidió a la dueña tiempo para encontrar una persona a la que poder traspasar el local para no perder 12.000 euros que había invertido en reformarlo. «Ella me dijo que aceptaba, pero a los pocos días, cuando ya lo tenía todo acordado, se echó para atrás porque se dio cuenta de que si finalizaba el contrato se quedaba con todo lo que había dentro», afirma. 

Insiste en que trató de llegar a un acuerdo amistoso, pero reconoce que hace unos días «se me fue la cabeza» y causó los destrozos que la dueña del local denunció.