Pilar Cernuda

CRÓNICA PERSONAL

Pilar Cernuda

Periodista y escritora. Analista política


Una necesaria feliz navidad

24/12/2021

Llevamos casi dos años con una pandemia que solo ha traído muerte y sufrimiento, y que nos ha cambiado la vida. La ha cambiado para mucho tiempo, los agoreros afirman que para siempre. Ojalá no sea así y desaparezcan los escalofríos que sentimos cada vez que nos llegan noticias de que alguien cercano ha sido golpeado por el virus. El ómicron ataca con fuerza y se expande con mucha velocidad, pero la vacuna responde y ese ataque no es tan rotundo, tan letal, como antes de la vacunación.

Necesitamos que esta Navidad sea recordada como un referente después de dos años de encierro, de no acudir a celebraciones, de dejar a los mayores prácticamente aislados para protegerlos de cualquier peligro. En el 2000 el coronavirus era una maldición que afectaba a otros, no a España; la Navidad del 21 no se pudo celebrar, se dedicó a recordar a los familiares y amigos perdidos. Este año nos merecemos un mínimo de felicidad, con el recuerdo de los que ya no están, pero con el ánimo de que incluso ellos desearían vernos con buen ánimo y una sonrisa en los labios. Esperanzados en que va a ser la última Navidad sin posibilidad de juntarnos todos, de no viajar o recibir a los que vienen de fuera.

Necesitamos que la bruma se despeje al menos esta noche, y que el calendario nos premie, como antes, con días de encuentros, alegrías, canciones y regalos. Millones de personas, por distintas circunstancias -lejanía física, situación económica o falta de sintonía personal- solo ven a sus familiares una vez al año. No hacerlo ni siquiera esa vez se hace muy cuesta arriba, las soledades son más llevadera sabiendo que en estas fechas hay encuentros con la gente que se quiere.

Convivir con el covid obliga a ser responsable de la vida de uno mismo y de la vida de los demás. No con medidas ridículas como la que impone ahora el gobierno, que en la famosa e inútil cumbre de presidentes -ya se sabía que iba a ser inútil- solo ha aportado una exigencia, utilizar la mascarilla en los espacios al aire libre, lo que ya estaba estipulado por los gobiernos regionales en determinadas circunstancias. Pero Pedro Sánchez no se entera de cómo se está articulando la lucha contra el covid, él está en otros asuntos. Que, por desgracia, no van como le gustaría a la mayoría de los españoles, aunque él no pierde ocasión de ponerse medallas y asegurar que las perspectivas económicas son excelentes.

Pero no son días de meter nuevamente el dedo en el ojo del presidente, aunque da motivos sobrados para hacerlo. Es Navidad, supuestamente las fechas más entrañables del año, en las que todos nos volvemos un poco críos. Así que solo cabe desear una muy Feliz Navidad generalizada, y esperar que todo lo que suceda a partir de ahora sea para mejor.