Cal y Canto deshoja la flor del teatro

I.L.H.
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La compañía adapta al patio del Fernando de Rojas su 'Jardín del viento' y siembra este jueves el colegio de objetos voladores y marionetas

Ana Ortega es en este montaje actriz y directora. - Foto: José Mª González

La pandemia les ha dejado sin actuar en Taiwán (China) y Lausanne (Suiza) y sin residencia artística y estreno de su próximo espectáculo en Inglaterra. «Queremos recuperarlo para el año que viene, pero tal y como están las cosas no nos atrevemos a confirmar nada. Tampoco hay prisa por estrenar porque la programación cultural tiene suficiente con recuperar los espectáculos cancelados», señala Marcos Castro. 

A cambio Cal y Canto ha podido participar en el Festival de Granada -donde se han ‘estrenado’ tras el confinamiento con un buen sabor de boca tanto para la compañía como para el público- y en Marbella. «Dadas las circunstancias, tampoco puedes pedir más. Estamos contentos. A fin de cuentas somos unos privilegiados por hacer este oficio y tener un trabajo de equipo que solo vive del presente», sostiene.

Con esa filosofía, la companía burgalesa ha reservado una fecha, la de hoy jueves, para su ciudad natal. Cal y Canto participa en el ciclo del Instituto Municipal de Cultura Con Denominación de Origen adaptando al patio del colegio Fernando de Rojas su teatro de calle. «Es un espacio que conocemos porque allí es donde nos preparamos para la cabalgata de Reyes, por ejemplo. Aunque a El jardín del viento le pega un escenario relacionado con la naturaleza, es un sitio con posibilidades», añade Castro.

El espectáculo que dirige Ana Ortega es el que estrenaron el año pasado en la ciudad búlgara de Plovdiv, Capital Europea de la Cultura 2019, y que presentaron también en la Noche Blanca de Burgos. Hablamos de un montaje de personajes exuberantes y emperifollados que dan vida a un jardín modernista. Lo hacen con marionetas, artefactos voladores y efectos visuales del que surgen elementos florales en forma de coreografías que vuelan en busca de la libertad.

Pero para llevarlo a escena han tenido que modificar algunas cosas por las circunstancias de la pandemia, que requiere que el público permanezca sentado y mantenga una distancia social. Cal y Canto deshoja los pétalos teatrales echando mano de imaginación y trabajo actoral para que ese jardín florezca como en la primavera más hermosa: «Nuestro lenguaje utiliza el espacio público para transformarlo y crear sobre él, pero para presentarlo en el colegio de Gamonal hay algunos cambios. Por ejemplo, hasta ahora solíamos acompañar el espectáculo con un taller en el que, sobre todo los niños, creaban una serie de cometas con las que luego les invitábamos a participar en la función. Eso no lo podemos hacer. El hueco de esa coreografía lo llenamos el equipo de actores y bailarines», subraya recordando que el elenco lo conforman siete personas, incluido el técnico.

Tampoco lo harán sobre el recinto acotado del escenario. «Nos moveremos a la altura del espectador sin contacto físico, pero las coreografías y la propia puesta en escena requiere de un espacio más amplio y con cierta libertad de movimiento».

Esos cambios en la forma de dar vida a ese vergel de teatro de calle es tan florido como el original: «Sigue siendo un jardín con unos personajes afectados que solo saben mirarse al ombligo -como sucede hoy en día- y a los que trataremos de sacar de ese embelesamiento mientras van plantando flores y semillas».

El jardín del viento se representa este jueves a las 19 horas. Las localidades solo se pueden adquirir por internet a través del servicio TeleEntradas de Caja de Burgos.