Una escuela de vuelo de ultraligeros en Fresno de Losa

A.C. / Fresno de Losa
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Txema Ibargüen, con 30 años de experiencia y miles de horas en el aire, lleva desde 2016 tramitando todos los permisos y espera poner en marcha su proyecto en 2023

Ibargüen al mando de uno de sus ultraligeros despegando en la pista del aeródromo de Fresno de Losa. - Foto: DB

Txema Ibargüen Pérez cumple 30 años volando en este 2022. Miles de horas surcando el cielo son el aval de quien ha sido varias veces campeón de Euskadi y del norte de España de parapente y desarrolla su vida profesional en una escuela vizcaína como instructor de parapente y ultraligero. Tras más de cinco años de trámites ante las administraciones de Castilla y León, el País Vasco, Burgos, Vizcaya y Álava, este profesional está a punto de dar una segunda vida al aeródromo de Fresno de Losa, que alquiló en 2016. Su proyecto es convertirlo en una escuela de vuelo para pilotos de ultraligeros pendulares (trike), similares a un ala delta pero con motor, que confía en arrancar en 2023. En el futuro también podrían caber los vuelos turísticos, si llega a buen puerto el cambio de legislación en ciernes, e incluso la práctica de paracaidismo.

Cuando creía que lo tenía todo, en 2018, la Viceconsejería de Medio Ambiente del Gobierno Vasco insistió en que debía de realizar un estudio de impacto ambiental «como el de un aeropuerto», lamenta. La consultora medioambiental Alburen ha medido sus posibles afecciones al medio natural durante un año. Yeso a pesar de que el aeródromo solo va a contar, en principio, con dos ultraligeros biplaza, y ya estuvo legalizado en los años noventa hasta que en 2004 ó 2005 se abandonó su uso. Por este motivo, el proyecto de Ibargüen no conlleva nuevas infraestructuras, dado que ya cuenta con una pista de 300 metros de longitud y un pequeño hangar de 160 metros cuadrados. Corregir algunas pendientes transversales a la pista, instalar unas balizas para señalizarla y colocar un indicador de la velocidad del viento será todo lo que cambie sobre el terreno.

Pero en Fresno de Losa están deseando ver otros cambios, ver llegar alumnos a la futura escuela de vuelo de ultraligero que podría ser un pequeño revulsivo económico para el entorno. Ibargüen asegura que están muy contentos con una iniciativa que busca aprovechar las cualidades para el vuelo de la orografía y la climatología del Valle de Losa junto con el cóctel de belleza que cada día regala la comarca de Merindades. «El atardecer volando por encima de la Sierra de la Magdalena es espectacular, una experiencia», afirma quien ha tenido la oportunidad de contemplar muchas veces ese paisaje.

Con raíces en valdebezana. Txema Ibargüen hunde sus raíces maternas en Valdebezana y siempre ha estado muy unido a la comarca, aunque su vida profesional se ha desarrollado en Vizcaya. Hace unos años decidió apostar por su propio proyecto, pero cerca de la provincia vasca, un claro nicho de clientes para su futura escuela de vuelo. El proyecto de Fresno de Losa será su segunda iniciativa como emprendedor.

Pero desde luego la tediosa tramitación para legalizar el uso comercial del aeródromo está siendo una dura prueba. «En Francia se puede poner en marcha un aeródromo de estas características en quince días», afirma Ibargüen, a quien sus amigos le preguntan con asombro si aún sigue adelante con el proyecto.

Esos obstáculos parece que ya están superados con el estudio de impacto ambiental en información pública. Antes lidió con todos los estamentos que tienen que ver con el espacio aéreo y una vez que habilite las instalaciones, un ingeniero de Aviación Civil deberá comprobar que cumplen la normativa, algo de lo que no duda. La única preocupación que asoma en su cabeza son los numerosos proyectos de parques eólicos previstos  en la comarca. Se precia de haber viajado por muchos lugares y asegura que Merindades está entre «los sitios más bonitos» que conoce. Pero cree que esta belleza se perdería con los gigantes del viento y «es incompatible con el turismo».

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