Veinte años después de coger su primer bote de spray y mil muros después llegó la gran pared, la primera que ha dado a Eneko Azpirotz, N-Koat de nombre artístico, la oportunidad de medirse en una fachada de grandes dimensiones y demostrarse a sí mismo y al resto que en sus manos y en su mente el arte no tiene límites por muchos metros cuadrados que le pongan por delante. El resultado de 80 horas de trabajo, algunas bajo una intensa lluvia, ha sido una niña angelical que observa con su mirada cristalina a todos los que llegan a Trespaderne por la N-629, desde Medina de Pomar. Seguro que a nadie deja indiferente un trabajo que recibe aplausos de la mayoría de vecinos y visitantes de la localidad y que es el último logro del proyecto de arte urbano que la Asociación Trespa Joven puso en marcha hace ya cuatro años y en este 2020 ha impulsado de modo especial.
N-Koat, pamplonica de 34 años, conoció la iniciativa del colectivo juvenil a través de la noticia que Diario de Burgos publicó en agosto cuando los murales comenzaron a crecer exponencialmente en las calles de Trespaderne. Leyó el ofrecimiento de Trespa Joven a muralistas que quisiesen dejar su impronta en la localidad a cambio de los materiales, dietas de comida y alojamiento y una gratificación. La asociación reconoce que le costó encontrar una gran fachada, la única exigencia de N-Koat. Pero al fin la logró y espera que con el resultado, más comunidades de vecinos se animen a prestar las suyas.
Un palmo. N-Koat admite que siempre hay algo que mejorar, y eso que borró el ojo derecho para bajarlo tan solo un palmo en esa inmensidad de pared, un detalle de su perfeccionismo. Está satisfecho al 90%, pero ha superado un reto. «Sabía que si podía trabajar con paciencia, podía quedar muy bien», explica. Después de más de una década trabajando en murales de tipo horizontal con no más de 3 o 4 metros de altura, el de Trespaderne saltaba a la talla XXL, porque sube a 15 metros de altura y el ancho es de 13, casi 200 metros cuadrados.
En el mural ha combinado seis tonos turquesa de diferente luminosidad y, a la hora de pintar no ha degradado ninguno de estos colores, sino que los ha ido utilizando como tintas planas, por lo que tienen un corte limpio entre unos y otros. Con los naranjas ha jugado con la misma técnica. El resultado es espectacular, pero Azpirotz ya había demostrado antes su talento. Desde 2015 acumula once primeros premios en certámenes de muralismo y graffiti. Su impronta ha quedado en Alicante, Cádiz, Córdoba, Pamplona, Madrid o Burgos.
Con la de N-Koat ya son 18 las intervenciones en calles de Trespaderne. Las últimas han sido las de Palopaloma en Duque de Cantabria, los hermanos Sergare en la calle Santander, o JUAY,en la fachada de los vestuarios de las piscinas. Para junio de 2021, si la vida vuelve, Trespa Joven celebrará el IConcurso de Murales Urbanos que tuvo que suspender el pasado verano, como confirma Aroa Lavín. El arte urbano seguirá creciendo.