Roban en Paleolítico Vivo parte del cercado de los uros

R.E. Maestro
-

Los animales «podían haber terminado en Arlanzón, en Urrez o donde sea, y no son precisamente mansos», reconoce el responsable del proyecto Eduardo Cerdá. Hace dos años ya había ocurrido un suceso de características similares

Estado en el que se encontraron el vallado el jueves por la mañana. - Foto: DB

La zona de Paleolítico Vivo donde se encuentran los uros ha sufrido esta semana un robo que ha puesto en serio riesgo que el ganado pudiera escaparse. En total se han llevado medio centenar de varillas de tetracero con sus correspondientes aislantes, que no tienen demasiado valor como tal pero lo más preocupante es que los animales «podían haber terminado en Arlanzón, en Urrez o donde sea, y no son precisamente mansos», reconoce el responsable del proyecto Eduardo Cerdá. Hace dos años ya había ocurrido un suceso de características similares.

Este hecho sucedió concretamente en la noche del miércoles y ahora se pide colaboración ciudadana para dar con los ladrones que  cogieron el medio centenar de postes de las vallas, que de uno a otro van hilos eléctricos con sus respectivos aislantes. Se muestran preocupados los responsables de las instalaciones por este hecho debido a las consecuencias que podía haber tenido, aunque lamentan que la Guardia Civil no le ha dado la misma importancia. A pesar de la denuncia, Cerdá reconoce que «no se ha puesto interés y entendemos que tenemos que ser nosotros los que debemos investigar». Por ello, ya han decidido que instalarán inmediatamente cámaras de videovigilancia para que no vuelva a pasar esto más veces.

Lo que sí tienen claro es que se trata del mismo autor que cometió el robo hace dos años, justo en la misma zona. Es un sitio muy accesible, dentro de un espacio muy grande, y creen que el autor se lo conoce muy bien al ir a menudo. «No es de lejos, porque esa zona hay que conocerla», comenta en referencia al ladrón. Descartan que sean chatarreros, puesto que el precio del material es bajo y la mano de obra resulta lo más caro. Más bien apuestan por alguien del entorno y que lo pueda emplear para sus propios cercados ganaderos o huertas. «Alguien que, por supuesto, tiene aversión hacia el proyecto», recalca Cerdá.