Formas atrevidas, colores llamativos. Cristal, piedra, madera. Nuevos espacios públicos, una comunicación entre dos calles. Ventanales enormes. Ladrillo clásico. Propuestas historicistas y otras de vanguardia. Todo eso a dos pasos de la puerta de Coronería de la Catedral de Burgos. Asomándose al Camino de Santiago. En pleno centro histórico.

Los alumnos del primer curso de Proyectos de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Navarra se han atrevido a romper el hielo con la ampliación prevista del archivo municipal situado junto al Palacio de Castilfalé. Todavía sin fecha para esa inversión, ni tampoco con presupuesto sobre la mesa, han ‘jugado’ con la parcela como parte de las tareas obligatorias de su asignatura y el resultado es un conjunto de propuestas que contribuyen a generar un debate muy interesante. Al que, por cierto, le quedan varios años por delante.

El Colegio de Arquitectos de Burgos acoge estos días en su sala de exposiciones un compendio de estos trabajos que son un ejercicio teórico y como tal deben tomarse, pero que abren el melón de la reflexión para cuando el Ayuntamiento se decida a acometer una ampliación ineludible por los problemas de espacio que arrastra el archivo.

Jorge Tárrago, profesor de la Universidad de Navarra, explica que todo surgió en el marco de la asignatura de Proyectos I que cursan los alumnos de tercer curso. Ya habían propuesto en años anteriores trabajar sobre edificios o solares singulares de Pamplona y Logroño, y quizás por el origen burgalés de Tárrago este año decidieron que fuera en Burgos. Se lo plantearon al Colegio de Arquitectos, de donde procede una buena parte de los estudiantes en Navarra, y aquí propusieron el agujero de la calle Fernán González situado junto a Castilfalé y pensado para su ampliación.

«Tenemos una caries delante de la Catedral, un solar vacío al que hay que darle una solución, y encima es una responsabilidad municipal». Félix Escribano, ex presidente del Colegio de Arquitectos de Burgos, define así por qué escogieron esta ubicación.

El actual presidente, Carlos Miranda, y el vocal de Cultura del Colegio, Enrique Jerez, añaden las ventajas que tiene un caso real:«Los alumnos se enfrentan a un problema, plantean soluciones y se genera una discusión muy interesante sobre algo que afecta a toda la ciudad y sobre lo que habrá que contemplar distintas posibilidades cuando llegue el momento».

La organización colegial, desde luego, es partidaria de los concursos de ideas porque está convencido de que enriquece el resultado de las intervenciones urbanísticas. Así lo corrobora Miranda, quien insiste en que «la arquitectura es cultura, es un arte, y nuestro objetivo es trasladárselo así a la gente, pero también es una forma de mejorar la ciudad».

Superficie y nueva ‘calle’

Los profesores se muestran «satisfechos con el resultado» y con su diversidad. Los 1.700 metros cuadrados de ampliación del archivo con los que trabajaron los estudiantes se concretan en propuestas que plantean intervenciones suaves, que incluso replican la portada actual o que amplían el inmueble siguiendo un estilo clásico. Pero otras se atreven incorporando formas irregulares, extrayendo el nuevo edificio unos cuantos metros al frente respecto al viejo palacio (hay que recordar que tenía una verja perimetral ya desaparecida que también estrechaba la calle) o que consiguen una comunicación peatonal con la plaza de Pozo Seco, en la parte trasera, ahora un tanto olvidada.

Falta que ahora esas ideas, u otras, puedan salir adelante el día que el Ayuntamiento tome la determinación de convocar el concurso, esta vez el ‘de verdad’. Será una tarea de la próxima corporación y Félix Escribano advierte que él, al menos, se fijará concienzudamente si los partidos que concurren a las elecciones plantean en su programa una solución para la ampliación de Castilfalé «y a ver si se deciden a invertir en cultura», remacha.

Los trabajos de los alumnos de Arquitectura estarán expuestos en el Colegio de Arquitectos, hasta el viernes día 20, en horario de 9 a 2 de lunes a viernes.