El Mirandés vende muy cara su piel

Ó.C
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El Málaga se puso por delante en el marcador con un gol en la segunda parte, pero los rojillos tiraron de orgullo y con una gran reacción, empataron el partido y a punto estuvieron de remontar

El Mirandés vende muy cara su piel - Foto: ENRIQUE.TRUCHUELO Truchuelo

Anduva volvió a ver un encuentro de esos que ha visto mil veces. Los rojillos se pusieron perdiendo en un partido igualado, muy disputado y contra un rival de quilates en la categoría. Pero la reacción fue la típica del conjunto mirandesista, que sacó el orgullo cuando más lo necesitaba y tocó la trompeta en busca de los goles. Llegó uno, el de Merquelanz, y el segundo estuvo cerca, pero el equipo de Iraola ya ha demostrado una cosa a todos los rivales que tienen que pasar por Anduva: que la piel del Mirandés se vende muy cara.

Con el empate a uno terminó un encuentro que empezó con mejores sensaciones para el Málaga. El conjunto de Víctor Sánchez del Amo se pudo adelantar en el primer cuarto de hora, con un remate solo y dentro del área de Boulahroud. Pero por suerte para los intereses de los locales el balón se fue alto por encima de la meta de Limones. Poco a poco el encuentro se fue equilibrando, sobre todo porque la pareja del centro del campo formada por Antonio Sánchez y por Guridi, que volvía al equipo, empezó a tomarle la medida al choque. Pero en duelo seguía con una igualdad que hacía que los jugadores se desgastarán sin que el espectáculo lo notara. El Mirandés se asentó e igualó las fuerzas, pero en ataque tan solo la banda de Álvaro Rey lograba producir, al menos, una cierta sensación de peligro.

Tras el descanso, Iraola no metió nada de refresco. Los suyos habían mantenido la vena competitiva y apostó por el mismo guión de partido. Pero pronto llegó un giro inesperado. Fue tras un saque de esquina que no se debió señalar, porque Kijera despejó el balón antes de que saliera por la línea de meta. Pero el árbitro lo pitó, se hizo el borrón y cuenta nueva y el VAR no intervino.El córner fue injusto pero en el saque de esquina el Mirandés mostró debilidad a la hora de sacar una pelota que dio demasiadas vueltas en el área y que al final fue empujada a la red por Sadiku.

Lo bueno era que el gol llegó en el 49, con tiempo de sobra para rehacerse y lograr algo del botín del encuentro. Iraola decidió introducir una variante, consciente de la necesidad de hacer algo para buscar una grieta en la defensa malaguista.Para buscarla metió a otro punta. Barco entró por Álvaro Peña, pero los rojillos buscaban las cuerdas en el cuadrilátero, conscientes de que el gol les había hecho daño. A pesar de las dudas rojillas, el Málaga no mostró el colmillo y dio vidilla a los rojillos, que poco a poco fueron preparando los ingredientes para uno de los típicos arreones en Anduva.

La chispa surgió por la banda izquierda. Salió de las botas del Kijera que corrió la banda y buscó atrás a Guridi. Jugada similar a la que hace una semana supuso el gol ante el Oviedo, pero en este caso la defensa taponó cuando se cantaba el gol. El Málaga empezó a tener problemas a la hora de sacar el balón y el Mirandés empezó a ver por primera vez en el encuentro cómo hacer daño al rival.

En una de esas, Marcos André robó un balón en el centro del campo, desató la contra y en la frontal buscó a Merquelanz, que puso la calma necesaria para marcar el empate. El partido había cambiado por completo y el técnico rojillo tras el gol metió refresco en los puntas, dando entrada a Matheus por Marcos André, muy cansado por el esfuerzo.

Las caras de los jugadores del Málaga mostraban las dudas que tenían sobre el césped y Guridi la volvió a tener con un disparo desde la frontal. Los rojillos tuvieron un par de ellas más, pero según se acercaba el minuto 90 el arreón de orgullo empezó a remitir. El punto ya se daba por bueno en el rival y un Mirandés cansado tras el esfuerzo relativizó y empezó a nadar y guardar la ropa. Y así llegó el final de un encuentro mil veces vivido en Anduva