Julián Calero abrió la caja de herramientas y encontró la solución para tapar agujeros en defensa y derribar tabiques en ataque. Devolvió la titularidad a Matos y recuperó a Álvaro en los laterales, volvió a juntar a Grego y Córdoba en el eje de la zaga, reforzó el centro del campo con Raúl Navarro y sorprendió con Ernesto en una banda y sin un '9' puro. Funcionó. 3-0 al Málaga, 22 puntos y a pensar en volver a sumar el domingo en San Sebastián.

Dio con la tecla el técnico madrileño, que ante la falta de tino de sus verdaderos puntas, dejó a Juanma como 'referencia' arriba y Valcarce a su vera. «Hemos puesto siete goles», argumentó. Más los tres de ayer, ya son diez, añado. El astuto delantero andaluz no paró de moverse y de sembrar incertidumbre hasta provocar el fallo de la zaga rival. Marcó el 2-0 y estrelló otro balón en el palo que Valcarce aprovechó para hacer su segundo doblete de la temporada y ser más Pichichi blanquinegro. 

Ya lleva seis el berciano, el primero de ayer con otro testarazo tras un centro de Álvaro; como el día del Valladolid. Curiosamente como el día del Pucela también hubo saque de honor -entonces de Carmelo, ayer de Requejo-, y el equipo estuvo intenso, presionó arriba, quiso el balón (mucho tuvo que ver Mumo en ello) y tras adelantarse en el marcador, buscó el 2-0 sin echarse hacia atrás como ante el Mirandés o frente al Lugo. 

Todo ello, al calor del estadio. Poco importó el frío invernal. Con o sin guantes, el aficionado local apenas dejó de animar y guio a los suyos hacia una nueva victoria, la quinta en casa. El debe sigue estando lejos de El Plantío, donde el Burgos CF se juega la Copa el martes en Montijo y mucha Liga el domingo en el Reale Arena. ¡A buscar más herramientas útiles, Calero!