El Fandi y Toñete revientan la Feria

SPC
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Una buena corrida de Román Sorando, la más completa de la presente Feria, permite al granadino y al madrileño abandonar a hombros El Coliseum. Cayetano también roza la Puerta Grande, pero su actuación ante el quinto no tuvo petición suficiente

El Fandi y Toñete revientan la Feria

'In extremis', en el último festejo a pie de la Feria, llegó la tradicional tarde triunfal de la Feria burgalesa, que no acababa de romper principalmente por el mal juego de las distintas ganaderías que han saltado al albero de la capital. Así, en esta cuarta de Feria, El Fandi, ídolo local que cada año renueva su idilio con los tendidos de sol, y Toñete, que cayó de pie en su debut, abandonaron a hombros, y rodeados de niños, El Coliseum. Se apuntó a la Puerta Grande el mayoral de la ganadería de Román Sorando, quizá en un exceso de triunfalismo. Es cierto que la corrida de la ganadería jienense fue la más completa -y la mejor presentada- del presente abono, pero que el tuerto sea el rey en el país de los ciegos no puede implicar algo tan importante como una salida a hombros.

El Fandi demostró, una vez más, porque tiene rendida a sus pies a esta plaza. Lección de profesionalidad la suya, sobre todo ante el cuarto, un manso de libro, pero con un fondo de casta vibrante, ante el que podía haberse desentendido. Sin embargo, y a pesar de tener la Puerta Grande asegurada por las dos orejas cortadas ante el primero -la segunda, algo generosa-, el granadino cumplió con una labor solvente y bulliciosa que le dio un trofeo más para su esportón. Tres orejas se llevó El Fandi en un nuevo derroche de ganas, populismo, y conexión con los tendidos.

Pudo salir a hombros junto a sus compañeros Cayetano, pero el presidente no le concedió la oreja que le hacía falta y que la gente pidió en el quinto, a pesar del pinchazo previo a la estocada arriba. Muy complicado saber si la petición fue mayoritaria. El dinástico diestro, ante un buen lote de Román Sorando, le echó raza a su actuación, acompañada de su empaque innato, ese que llega de su parte Ordóñez. Faltó ajuste, hondura, profundidad... En definitiva, toreo del caro, pero a la gente le convenció.

Debutaba Toñete en Burgos y, como ya sucediera con Rubén Pinar el pasado domingo, el madrileño cayó de pie. Sorteó el peor lote de la corrida de Sorando con ganas y actitud, mostrando, además, una sorprendente evolución en su toreo. No confiaba el aficionado en su presencia en los carteles, pero el madrileño demostró que está creciendo como torero. En ambos trasteos destacó el temple de todo lo que realizó delante de la cara del toro.