Novedades por la 'Ciudad Europea del Vino' a mitad de 2022

I.M.L.
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Junto a otros eventos ya estables del calendario, se programan un curso para viticultores y foros de cultivo sostenible y arquitectura del vino en Aranda

En la gala de inauguración del 7 de febrero de 2020, Aranda tomó el testigo de la italiana Sannio & Falangina. - Foto: Alberto Rodrigo

La celebración del nombramiento de Aranda de Duero como Ciudad Europea del Vino será efectiva el año próximo, después del paréntesis provocado por la pandemia que llevó a ampliar esta distinción primero a 2021 y después hasta 2022. De todo lo previsto en un programa de actividades pensado para posicionar Aranda en el mapa mundial de la enología, solo se pudo llevar a cabo la gala de inauguración de esta capitalidad vinícola, en un ya lejano 7 de febrero de 2020. En todo este tiempo, el logotipo arandino se ha aprovechado en cuanta cartelería y comunicaciones se han lanzado desde el Ayuntamiento arandino pero ahora resta sacarle el mayor provecho a este nombramiento de la Red Europea de Ciudades del Vino (Recevin).

Para ello, la concejalía de Promoción y Turismo de Aranda plantea todo un calendario con acciones de formación y divulgación novedosas, intercaladas entre los eventos ya habituales en la capital ribereña que se promocionarán junto con toda la oferta de la ciudad. «La Ciudad Europea del Vino se celebra de febrero a febrero, aunque esta vez no haremos gala de inauguración, que ya hicimos, pero sí alguna acción para dar el pistoletazo de salida en 2022», puntualiza la concejala Olga Maderuelo, que remarca que esta designación no supone solo organizar eventos en la ciudad, que también, sino que su finalidad principal es ayudar a posicionar Aranda. «Tenemos que pensar a lo grande y  en el posicionamiento de marca a través de una estrategia de marketing para que nos conozcan los de fuera, porque es un galardón por todo lo que ha hecho Aranda en cuanto a la promoción y potenciación de la cultura del vino», aclara Maderuelo.

La fecha marcada para empezar a promocionar el calendario de actividades coincide con la celebración de la Feria de Turismo de Interior (Fitur) en Madrid a finales del enero próximo. Sin embargo, no será hasta la segunda mitad del año cuando se empiecen a desarrollar las novedades que hay programadas desde la administración local, centradas en su gran mayoría en encuentros formativos y de divulgación en torno a la viticultura y el patrimonio enológico de la zona.

estudio y divulgación. A partir de mitad de año se concentran las novedades de la programación de la capitalidad europea del vino. Comenzarán a celebrarse en julio, con una celebración de un curso de viticultura, que compaginará el formato presencial con el on line «para sumar a los que vengan, que vienen de todas las ciudades europeas del vino anteriores, con los que lo puedan seguir en remoto». Para el último trimestre está previsto que se realicen dos foros. El primero, en octubre, Foro Duero versará sobre el cultivo sostenible del viñedo «que resultará muy interesante porque a lo que hay que tender es al cuidado del medio ambiente», y el que se celebre en noviembre tendrá la arquitectura del vino como tema central y las bodegas subterráneas de Aranda como protagonistas.

Esto no significa que en la primera mitad del año no haya eventos que se vayan a desarrollar bajo el marco de esta capitalidad vitivinícola, como es el caso de la asamblea de la Asociación de Ciudades Españolas del Vino (Acevin) que se celebrará en territorio arandino. «Todo lo que se vaya haciendo en Aranda se aprovechará para vender esa imagen de marca, porque tenemos otros muchos eventos del Ayuntamiento, como los Premios Envero, la Noche de Ronda y las mismas fiestas patronales, junto a otros de iniciativa privada, como Sonorama Ribera o la Fiesta de la Vendimia», insiste Maderuelo.

Algunas acciones que quedará plasmadas en las calles de Aranda con motivo de la Ciudad Europea del Vino será la mejora de la iluminación de los puentes y riberas de los ríos y una puesta en valor de las zarceras de las bodegas, resaltándolas con un tono distinto al embaldosado de las calles y colocando un código QR para que los visitantes puedan acceder a las bodegas subterráneas de manera virtual.