Medio Ambiente y Policía se coordinan contra los grafiteros

J.M.
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En un mes se han tenido que limpiar más de 200 pintadas por toda la ciudad. Se estrechará también la vigilancia contra el vertido de escombros de manera ilegal

Los trabajadores del Plan Municipal de Empleo se emplean a fondo para borrar las pintadas de la ciudad. - Foto: Alberto Rodrigo

Como si de una fuerza irresistible se tratara, algunos grafiteros parecen incapaces de superar la tentación de no dejar su sello ante una pared que se acaba de limpiar. En la Concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Burgos hace tiempo que ven con impotencia como los esfuerzos por mantener impoluta la ciudad no duran en muchas ocasiones ni 24 horas y de ahí que su máximo responsable, Josué Temiño, defienda que la única manera de tratar de atajar los actos de vandalismo y reducir el coste que tiene para las arcas municipales será ir «codo con codo» con la Policía Local para estrechar la vigilancia y sancionar a quienes ensucien con sus firmas la ciudad.

La preocupación en el Ayuntamiento no se dirige hacia aquellos grafiteros que piden permiso para pintar sino hacia quienes se dedican a poner una firma que ejecutan en apenas unos segundos y a quienes es muy complicado pillar in fraganti. En poco más de un mes, según la información aportada por el área de Medio Ambiente, se ha procedido a la limpieza de 205 pintadas. Es decir, se han borrado una media de 5 grafitis al día.

Como los recursos son limitados, el Ayuntamiento ha tenido que servirse de los trabajadores contratados con el Plan de Empleo para realizar estas labores. El concejal de Medio Ambiente relata que es «una situación difícil y complicada en la que todos los ciudadanos pagamos la limpieza de estas pintadas. Ese dinero que utilizamos para borrar estos actos incívicos de ciertos burgaleses podrían aprovecharse en otras muchas cosas», lamenta.

Temiño se muestra convencido de que al haber recogido la concejala de Seguridad Ciudadana, Blanca Carpintero, la responsabilidad del área de Sanidad, la «comunicación» con la Policía Local será mucho más fluida y servirá para estrechar la coordinación en los expedientes sancionadores por grafitis y también, tal y como añade, en la persecución de vertidos irregulares de escombros. Otro asunto que desde Medio Ambiente se quiere vigilar con mayor énfasis. 

Se es consciente de que ahora mismo, con la pandemia, la Policía Local tiene una gran carga de trabajo pero se confía en que a medida que la crisis sanitaria vaya pasando, se puedan destinar esfuerzos a este tipo de tareas. De hecho, en su idea está que se pueden realizar reuniones semanales o quincenales de coordinación entre las dos áreas.

En un mes, los trabajadores del Plan de Empleo han pintado 2.045 metros cuadrados de superficie que había sido grafiteada, la inmensa mayoría en espacios privados (fachadas de edificios...). En estos caso, añade Temiño, se actúa por petición de los ciudadanos. En el caso de los lugares públicos se actúa directamente de oficio ya que no es necesario ningún consentimiento.

También la empresa adjudicataria del servicio de limpieza, Semat, actúa puntualmente en la eliminación de los grafitis ya que suyas son 34 de las 205 actuaciones que se han realizado.

En el caso de las pintadas en los bancos y en el mobiliario urbano, el Ayuntamiento dispone de un contrato por el paga alrededor de 275.000 euros anuales para la limpieza de las pintadas y también para arreglar los destrozos frutos del vandalismo o del propio desgaste del mobiliario urbano. En estos casos, cazar a una persona dibujando resulta una misión imposible y, por tanto, resulta extremadamente complicado castigar al infractor. 

Llamamiento. El concejal de Medio Ambiente recalca, una y otra vez, que el Ayuntamiento quiere que las personas que quieran hacer algún mural se dirijan a ellos ya que en la Administración municipal no se oponen a dar permisos si de lo que se trata es de realizar un dibujo que mejore la estética o que difunda un mensaje cultural o lúdico. De hecho, el Consistorio ha llegado a pagar esta legislatura por trabajos de este tipo en el entorno de Fuentes Blancas.
En alguna ocasión, el Ayuntamiento de Burgos ha evaluado el coste que tienen para las arcas municipales los actos vandálicos y desde el número 1 de la Plaza Mayor esta factura se ha cifrado en alrededor de 700.000 euros anuales.

Con carácter general, la Policía Local impone sanciones de entre 150 y 300 euros a las personas a las que pilla realizando algún tipo de pintada. No son muy numerosas, pero todos los meses se contabilizan varias. El objetivo que se persigue ahora es disuadir a lo incívicos de esta conducta. La meta se antoja complicada.