Diez meses para demoler el edificio en ruina de San Juan, 22

J.M.
-

Al tratarse de un inmueble del centro histórico con protección especial, los dueños deberán rehabilitar y consolidar la fachada y reproducir otros elementos de la construcción

En los últimos años se han producido numerosas intervenciones por caída de maderas y cristales a la vía pública. - Foto: Valdivielso

El edificio ubicado en el número 22 de la calle San Juan, en cuyos bajos estuvieron en su día comercios como Badalona o Decoración Wallpaper, será demolido. Tras solicitar los nuevos propietarios del inmueble la declaración de ruina y tras ser ratificada ésta por el Ayuntamiento, una resolución de la Gerencia Municipal de Fomento ha requerido ya formalmente a la propietaria del edificio, Harri Hegoalde 2 S.A.U. para que «en el plazo de 10 meses» realice los trabajos de demolición y rehabilitación de este bloque de viviendas incrustado en el centro histórico y en pleno Camino de Santiago.

Hace ya tiempo que el edificio que ahora se quiere derribar presenta un importante estado de abandono y prueba de ello son las numerosas visitas que desde al menos 2012 han realizado los bomberos hasta el lugar por las continuas caídas de maderas y cristales de los miradores a la vía pública.

Han sido también muchos los requerimientos realizados desde el Ayuntamiento, que se remontan a los tiempos en los que Aragón Izquierdo era la propietaria del inmueble. Resoluciones en el sentido de instar a la conservación del inmueble que, tras la entrada en suspensión de pagos de la constructora, se trasladaron después al administrador concursal.

Aunque es el Consistorio capitalino el que ha realizado el requerimiento para actuar, todo hace pensar que la promotora es la principal interesada y quiere ponerse manos a la obra ya que ha sido la que ha instado la declaración de ruina económica, ha solicitado la licencia para la rehabilitación y consolidación de la fachada y el permiso para la demolición del resto del inmueble, ha abonado una fianza y presentado un proyecto.

El lugar en el que se encuentra el edificio obligará a los promotores a mantener la composición de la fachada original y solo se dará una cierta libertad para utilizar un material distinto a la madera en los miradores. Deben dejarse (salvo imposibilidad técnica) las peanas y las cerrajerías de los balcones.

Respecto al interior, sí se permite sustituir la escalera pero «manteniendo el diseño y localización original». El portal «puede reconstruirse conservando las carpinterías y las condiciones de los techos y paredes.

Por parte del Ayuntamiento, que cuenta con el beneplácito de la Comisión Territorial de Patrimonio Cultural, se ha advertido ya a la promotora de que «cualquier afección a los elementos protegidos de fachadas conllevará la paralización inmediata de la actuación y la notificación de forma expeditiva al Ayuntamiento». Se ha estimado el coste de demolición del inmueble en alrededor de 100.000 euros.

El edificio cuenta, además de con los bajos comerciales, con tres plantas de casi 500 metros cuadrados y dos pisos en cada una de ellas. A ello hay que sumar una entrecubierta de 441 metros con 5 viviendas.

La calle San Juan, con esta intervención, continúa en su progresivo lavado de cara.