Un gimnasio del olfato en la Ribera

L.N.
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El Museo de los Aromas de Santa Cruz de la Salceda trabaja con 15 personas para que recuperen este sentido tras superar la covid

Un gimnasio del olfato en la Ribera - Foto: Alberto Rodrigo

Pocas terapias se realizan entre nuestra propia casa y un museo. Desde hace unos meses, quienes han superado el covid, pero no acaban de recuperar el olfato, cuentan con la opción de realizar un entrenamiento específico en el Museo de los Aromas en la localidad ribereña de Santa Cruz de la Salceda. Esta galería se ha convertido en una especie de gimnasio, donde sus más de 90 fragancias ayudan a los pacientes a recobrar la capacidad para disfrutar, como lo hacían antes de la pandemia, de cosas tan simples como la comida. 

Hasta ahora, en el museo han trabajado codo con codo con 15 personas de Aranda y la Ribera del Duero. Tienen en cuenta su edad, sexo, el grado de afectación, cuánto tiempo llevan sin olfato, si han acudido previamente a un especialista y, en ese caso, el diagnóstico que les han facilitado. A partir de ahí, se llevan a cabo una serie de actividades a ciegas, con los ojos tapados. Se trabaja con distintas gamas aromáticas y se pide a las personas que digan si perciben algún tipo de sensación, si es nula, poca, media o mucha. 

Un trabajo que ha de realizarse tanto en casa como en el museo, que los pacientes suelen visitar cada quince días. Porque recuperar el olfato requiere tiempo y dedicación. "Esto es como cuando vas al gimnasio. Te ayudan a que te mantengas en forma, pero depende mucho de lo que hagas en casa, de cómo te impliques a la hora de conseguir los objetivos. No es milagroso, hay que trabajar", explica el gestor del Museo de los Aromas, Jonathan Talavera. La técnica consiste en oler un par de veces al día, a ciegas, cuatro aromas comunes: floral, frutado, especiado y resinoso. Después, la reeducación olfativa se completa en el museo de Santa Cruz de la Salceda con una guía por las distintas estancias. Siempre, eso sí, con antifaz. 

En la recuperación del olfato también influyen, como precisa Talavera, otros factores como el estrés o la tristeza, algo que van evaluando en función de la experiencia de estos meses. Después cederán los datos que han recogido a organismos públicos y neurólogos para aportar su granito de arena contra la pandemia.