La Policía declara la guerra al 'speed' al subir su consumo

FERNÁN LABAJO
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La Unidad de Estupefacientes de la Comisaría Provincial se incautó el pasado año de más de 100 kilos de esta sustancia, que tiene en Burgos, Bilbao y Logroño un «triángulo vicioso» de consumidores

La Policía declara la guerra al ‘speed’ al subir su consumo - Foto: Alberto Rodrigo

Tres operaciones en menos de un mes a finales de 2018 sirvió a la Unidad de Estupefacientes de la Policía Nacional de Burgos para batir el récord de incautación de ‘speed’ en España. Se intervinieron 90 kilos más otros 48 litros de aceite base de anfetamina, una sustancia sintética para dar forma a esta droga muy arraigada en el norte de España y que ha experimentado un increíble aumento de consumo en los últimos años. ‘Jardín’, ‘Dulzaina’ y ‘Aragón’ fueron los nombres de estas tres actuaciones policiales que demuestran que esta brigada le tiene declarada la guerra, no solo por la cantidad de dinero que mueve, sino por la larga lista de efectos adversos a medio y largo plazo que causa a quienes la toman que, se da la circunstancia, son chavales cada vez más jóvenes.

Probablemente de todas estas operaciones la más importante fue ‘Jardín’, donde se incautaron de los 48 litros de anfetamina líquida que, una vez ‘cocinados’, podrían haber llegado a producir alrededor de 200 kilos de ‘speed’. La sustancia venía de Holanda, a veces en camiones y otras en barco hasta Santander. Fue una actuación a gran escala en la que colaboraron varias comisarías de España porque los que estaban detrás de su producción, distribución y venta se movían en diferentes provincias, sobre todo en el norte. De hecho, acababan de alquilar una nave en Balmaseda (Vizcaya), donde pretendían implantar un gran laboratorio.

En lo que se refiere a la provincia, el jefe de la organización, procedente de los Países Bajos, y su hijo vivían en los últimos pueblos de Burgos y Vizcaya respectivamente, una residencia que iban alternando en función de la presión policial a la que estuvieran sometidos. Los otros puntos estratégicos estaban en Aranda de Duero, donde estaba el transportista que subía a por la mercancía y la bajaba hasta Madrid, Cuenca, donde se encontraba otro ‘correo’, y Alicante, donde el hijo del líder se compró una mansión para vivir con su pareja una vez que la red estaba completamente montada y consolidada. En la capital burgalesa también contaban con puntos de distribución, que fueron los primeros que cayeron y se convirtieron en el hilo del que empezaron a tirar los llamados ‘estupas’ de la Policía Nacional.

El operativo se saldó con 9 detenidos y la intervención del camión que transportaba desde Holanda el aceite de anfetamina guardado en botes verdes en cuyo interior simulaba tener agua de flores. Evitar que toda esta droga se pusiera en el mercado fue el gran palo a una sustancia peligrosamente arraigada en la provincia de Burgos y en todo el norte de la península ibérica.

BILBAO-BURGOS-LOGROÑO

Según explica el jefe de la Unidad de Estupefacientes de la Policía Nacional, el ‘speed’ tiene un «triángulo vicioso» conformado por Bilbao, Burgos y Logroño. Las investigaciones y operaciones contra la droga le permiten asegurar que el 80% de toda la sustancia de este tipo que se mueve en la península ibérica sale de estas tres ciudades y sus respectivas provincias, si bien, añade, que «Santander está pisando los talones en este aspecto». 

La patria de la anfetamina líquida es Holanda y entra en nuestro país por diferentes vías. Una vez aquí, se convierte en ‘speed’ y se distribuye por todo el norte. «Es una droga que aquí tiene mucha fama. Es alarmante ver cómo se consume en los pueblos de la comarca de la Ribera, por ejemplo», asegura el jefe de los ‘estupas’. Pone el acento en lo peligroso de esta sustancia porque, recuerda, «es química y cocinada, por lo que te destroza el cerebro en pocos años». Por suerte, añade, desde los juzgados se han dado cuenta de sus efectos a través de diferentes informes y cada vez se está poniendo más el foco en ella.  

Pero es que el ‘speed’ es una droga muy barata. El precio del gramo ahora mismo en la calle, según señalan desde la Brigada Antidroga, está en unos 26 euros, menos de la mitad que, por ejemplo, la cocaína. Se trata, además, de una droga con la que los encargados de producirla sacan de 48 botellas 200 kilos, por lo que el nivel de beneficios es altísimo dado el grado de consumo en esta zona española. «Es mucho más fácil hacer esto que traer menos cantidad de cocaína desde Colombia», recalca el responsable de este grupo policial.

Esto se ve reflejado en el nivel de vida que ostentan los jefes de estas organizaciones criminales que la importan, la producen y la distribuyen por todo el territorio nacional. Para tener una idea más o menos aproximada de cuánto dinero mueven, cabe recordar que en la Operación ‘Dulzaina’ se evitó que los 30 kilos de ‘speed’ que guardaba un distribuidor en la nevera de su casa de la comarca de Merindades llegaran a la calle y supusieran unos beneficios de 4 millones de euros. Obviamente, les permite comprar enormes mansiones o disponer de coches de alta gama. Esta es una razón más para que la Policía le haya declarado la guerra a esta droga.  

Con estas tres grandes operaciones del año pasado, desde Estupefacientes tienen la sensación de que el negocio del ‘speed’ en la provincia y en el resto del norte de España ha quedado «tocado». No obstante, advierte el responsable de la unidad, «siguen existiendo ‘cocineros’ que saben cómo funciona todo y que siguen produciendo y distribuyendo». De hecho, apunta a una especie de laboratorio central que podría estar en Bilbao, aunque no lo puede asegurar al cien por cien. La buena relación entre las comisarías hace que las investigaciones se coordinen de manera que, si no es una es otra, pero siempre terminen desarticulando alguna banda o incautando algún alijo importante.

De hecho, hace un mes fue la Policía Nacional de la Rioja la que detuvo a varias personas relacionadas con el tráfico de drogas e intervino más de 300 kilos de diferentes sustancias, ente ellas, ‘speed’, una prueba más de que en cualquiera de las tres puntas del triángulo del norte de España se pueden suceder las operaciones. «Vamos a seguir peleando contra esta droga porque está peligrosamente arraigada en nuestra provincia y  porque vemos que los jóvenes no le tienen el respeto que merece», promete el jefe de la Unidad de Estupefacientes de Burgos.