En Treviño hay centro cívico, colegio y un silo vacío, pero ni jóvenes ni mayores disponen de un espacio público donde reunirse que no sea la calle, a los niños no les pueden llevar a un parque infantil porque apenas hay un triste columpio y tampoco se puede practicar más deporte que el baloncesto, por la falta de instalaciones. Un nutrido grupo de vecinos, muchos de ellos menores de edad, se concentró a mediodía de ayer en la plaza de la localidad pese a la lluvia, para escenificar el olvido al que se sienten relegados por parte de la Junta Administrativa y el Ayuntamiento del enclave. «Ya vale de tanta política y de gastar dinero ajeno en cosas que no son de primera necesidad».
En las pancartas se podían leer frases como ‘Chamizo para los jóvenes’, ‘Sin colegio ni locales, Treviño se muere’ y ‘El Condado se deshabita y el Ayuntamiento no lo evita’, escritas en rojo y negro. Los convocantes de la ‘manifestación por el bien del pueblo’, como la denominado en los carteles, enumeraron en un comunicado «algunas de las carencias y muchas de las necesidades» de Treviño, «servicios que cualquier contribuyente tiene en cualquier municipio» y que en este, sin embargo, «para conseguirlos cada vez nos ponen más trabas», en referencia a los escritos y recogidas de firmas realizados. Se refieren, por ejemplo, a la apertura de la piscina, «que hace unos años funcionaba de maravilla y hoy casi tenemos que pegarnos para que la abran», «con más restricciones que en cualquier capital de provincia», o a la prohibición de emplear el patio del colegio público como zona de juegos, alegando que no se le da buen uso. «El colegio es de educación y del ayuntamiento; el pueblo tiene dinero; no cuesta nada contratar una persona que haga una pequeña limpieza periódica; y que los niños y jóvenes del pueblo puedan disfrutar un poco su patio y sus columpios», exigen.
En opinión de los manifestantes, «desde hace algún tiempo, ya demasiado, este ayuntamiento tiene un mal funcionamiento» y la situación se agrava por el desapego que en su opinión sienten la mayoría de los trabajadores municipales, ya que muchos no viven en la localidad o acuden solo a dormir. Temen que todos estos factores conviertan a Treviño en presa fácil de la despoblación.