Como si de un mal deja vu se tratara. Derrota por la mínima del Blasgón y Bodegas Ceres en la visita al Príncipe de Asturias de Quabit Guadalajara y repetición de hechos prácticamente calcados al encuentro que el pasado miércoles enfrentara en el mismo escenario al conjunto de Alberto Suárez con Helvetia Anaitasuna. Buena intensidad defensiva del bloque ribereño para intentar contener los ataques visitantes y resultado corto al descanso (13-13), pero naufragio de ideas en la parcela ofensiva en los momentos decisivos para condenar al ostracismo, otra vez, todo el esfuerzo realizado a lo largo de los sesenta minutos.

Y eso que tuvo, hasta el final, el equipo arandino oportunidades de haber logrado sumar algún punto. Más aún, tras un inicio aplicado amarillo y una salida a pista en la que Luis de Vega tiraría de galones para poner a los suyos en franquicia. Un hecho determinante éste al que aferrarse, pero que no llegaría a tener la continuidad deseada en el tiempo debido al despertar alcarreño gracias a los lanzamientos exteriores de Pablo Paredes en situaciones y a las intervenciones del veteranísimo Joseja Hombrados para impedir la remontada local antes del descanso (13-13).

Tras el paso por las duchas además, pesadilla de nuevo bajo palos para el cuadro arandino. Se retiraba Hombrados del cuarenta por veinte, pero el ingreso a la cancha del meta iraní Saeid Barkhordari no supondría con ello mejora alguna de las expectativas. Es más, terminaría siendo incluso peor. Tanto, que el meta asiático acabaría elevando su tasa de acierto a lanzamiento rival en partido hasta el 54% para convertirse en un un muro imposible de franquear. También, en la base del éxito castellano-manchego junto al acierto desde el extremo del cubano Dariel García a pesar de que, a base de casta y entrega (también de una parada a escasos veinte segundos para el final de Luis de Vega en siete metros), el Blasgón y Bodegas Ceres tuviera en sus manos la oportunidad de haber igualado la contienda.