Las mujeres que viajen en el autobús urbano a partir de las 22 horas tienen la posibilidad de reclamar a los conductores que se detengan antes de llegar a una parada y así acortar el trayecto hasta llegar a su destino como medida de seguridad. Sin embargo, desde su implantación hace prácticamente un año el uso ha sido escaso: solo dos féminas. 

Los datos se ofrecieron en la última reunión del consejo de administración de Servicio Municipalizado de Movilidad y Transportes (Smyt) por parte de las técnicos del mismo. De los dos usos, ninguno se ha registrado en el último mes.

Al parecer, la escasa utilización se debe al desconocimiento que existe, de ahí que los grupos municipales hayan solicitado que se dé mayor difusión y se coloquen carteles en los autobuses. «Se está usando poco. Hace un tiempo se pusieron carteles pero habrá que reforzar la difusión», indicó el concejal del área, Leví Moreno, que indicó que Burgos es una ciudad más segura que otras de mayor tamaño como Madrid o Barcelona

Desde las filas del Partido Popular, la concejala Carolina Álvarez aseguró que esta falta de difusión es «culpa» del equipo de Gobierno. De hecho, esta misma semana ha  publicitado este servicio en el Twitter del Ayuntamiento. «Además de en los propios autobuses, también se podría divulgar en los paneles informativos que hay en la vía pública», apuntó.

La edil planteó la posibilidad de que también se extienda a los jóvenes que acuden a los institutos en horario nocturno. «Lo mismo pueden tener miedo las mujeres por temor a ser agredidas sexualmente y los chicos por el acoso escolar».

Por su parte, la portavoz de Podemos, Marga Arroyo, que la medida se implantó solo para las mujeres y así se establece en la Ordenanza de Movilidad. «No tiene sentido  ampliarlo a otros colectivos». 

Según la citada normativa, las viajeras podrán abandonar el autobús en cualquier punto del itinerario, siempre lo más cerca posible de la acera, en los servicios operados a partir de las 10 de la noche, advirtiendo previamente al conductor de su interés por bajarse del autocar en un lugar donde no hay una parada de autobús. El objetivo es dar seguridad a las féminas que puedan pasar miedo cuando vayan solas por la noche y protegerlas ante posibles situaciones de acoso.