Alrededor de las dos de la tarde, la cola de personas con su cazuela en la bolsa aún se alargaba por el pueblo antiguo de Gamonal. La tradición es la tradición y son miles las personas que la cumplen. Los titos se han convertido hoy en el menú más repetido en los hogares de Gamonal y más allá. La Cofradía de San Antón ha repartido alrededor de 23.000 raciones, que se degustarán con la familia o con los amigos. 

Los cofrades se han puesto el delantal a las cinco de la madrugada y aún están con él puesto. A aquella hora, aún de noche y con una lluvia que no los hacía presagiar nada bueno, han preparado las 17 perolas sobre la leña, han esperado a los Bomberos para que llenara las cazuelas y a las ocho de la tarde, al son de las campanas de la Real y Antigua, han prendido la mecha. A fuego lento se han cocinado las legumbre, con todos los ingredientes bien preparados durante la semana previa. Y al calor de la lumbre han estado hasta la llegada del párroco, abad de la cofradía, Marcos Pérez Illera, que ha bendecido los alimentos y ha abierto la veda. Tras probarlo las autoridades, los cocineros han procedido a llenar cazuelas y tuperware. Una acción con la que miles de burgaleses han cumplido con una tradición que se remonta al año de fundación de esta sociedad masculina, el 1502, cuando se repartían entre peregrinos, enfermos y necesitados. 

La fiesta concluirá esta tarde con el sorteo de un cerdo. Las rifas, a cincuenta céntimos cada una, volaban durante la mañana.