«Cantar juntos pero cada uno con su propia voz es poderoso»

I.L.H.
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ENTREVISTA| Nacida en Badalona en 1987, es la mitad del dúo María Arnal i Marcel Bagés. Se formó en los campos de la traducción, las artes escénicas, la antropología y el canto. Hoy presenta 'Clamor', en el Fórum, dentro del San Miguel Tribu Festival

Marcel Bagés y María Arnal.

El primer disco de María Arnal i Marcel Bagés, 45 cerebros y 1 corazón, está conectado a la fosa común de La Pedraja, a la que pertenecían los restos que dieron título al trabajo y que lo inspiraron. Aquel compacto, además, supuso para el dúo catalán el reconocimiento de crítica y público, obteniendo entre otros tres Premios de la Música Independiente. El concierto que ofrecen dentro del San Miguel Tribu Festival -por el 135 aniversario de Battaner- coincide casi en el tiempo con el homenaje a las víctimas que cada 1 de noviembre se realiza en el monumento que los recuerda. «Me gustaría pasar a saludar si me da tiempo», apunta María Arnal, para quien «el vínculo con ese lugar durará toda la vida». Este sábado, de todas formas, el dúo catalán estará en el Fórum presentando su nuevo trabajo, Clamor, con el que vuelven a romper moldes.

En 45 cerebros y 1 corazón el punto de partida era la narración oral. ¿Cuál es el origen de Clamor?
También está muy cerca. Son las historias que nos contamos sobre nosotros, las que crean las relaciones con las personas y el mundo. Es un disco, al final, como de ficción, porque juega con la idea de las voces que cantan temas que emocionan, preocupan o generan curiosidad. Dentro de la historia del disco cada canción es una voz distinta que tenemos que aprender a escuchar y que nos pide que miremos el mundo desde su perspectiva. Al final es un coro enorme que crea ese clamor. 

Al final y al principio, porque de lo que habla el disco es precisamente de finales y renacimientos.
Exactamente. Estamos en un momento en el que a menudo se habla o se plantean apocalipsis y fines del mundo. Pero esas historias, lejos de dar esperanza y fuerza para seguir nuestras vidas o replanteárnoslas, lo que hacen es deprimirnos y generarnos miedos y ansiedades. Y yo lo que quería era imaginarme las historias que nos podemos contar en tiempos de transformaciones profundas para precisamente coger fuerzas y continuar. Que aporten y no lastren. Que conecten mundos desde la imaginación, donde podemos jugar sin miedo y con atrevimiento, experimentando y sin dejar de lado emociones difíciles como la vulnerabilidad y la sensibilidad... para abrazarlas y aprender de ellas. 

Es algo así lo que canta en Tras de ti: «No se puede huir si el incendio va por dentro». ¿Somos nuestros principal enemigo?
Totalmente. Por eso el disco lo que quiere es abrir nuestra capacidad infinita de renacer muchas veces.

¿Clamor tenía que ser en este momento o no ser? Lo digo por las interpretaciones que podemos hacer con la pandemia, el final de una relación sentimental, el cambio climático... 
Sí, Clamor es un resurgimiento y debía ser ahora, que es cuando estas ideas resuenan más. Es el permiso de ser quien quiero ser, de serlo a nivel artístico, como grupo con un cambio de sonoridades, como persona y como mensaje para el mundo. Salir de la oscuridad y renacer siendo otros sin haber rechazado lo que hemos aprendido en ese camino de transformación.

¿Se ha puesto más filosófica en este trabajo?
Sí, porque cualquier transformación te pide entenderte mejor. Aunque sobre todo me he puesto más imaginativa. Yo diría que me he puesto más poética que filosófica, pero puede ser.

¿El mundo tiene solución? Por lo del «sopor que da la humanidad» que canta en una de las canciones.
-Ríe-. Bueno, sí, ese tema lo que se pregunta es por qué nacer humano debería ser mejor que nacer grillo, por ejemplo. Por qué.

¿Ve como filosofa?
Ahí sí. Pero desde el pop, -ríe-.

Ha comentado que en este disco hay más voces. ¿Quiere es dar voz a otros o que canten al unísono?
Creo que esa es una de las preguntas del disco. No sé responder. El punto coral me encanta, y cantar juntos es algo muy poderoso, pero también lo es que cada uno tenga su propia voz. 

El estilo de este disco, que incluye sobre todo toques electrónicos, lo han llamado 'pop mutante'. Ahí está la tradición y la vanguardia que les define. Pero explíquenos qué es exactamente.
Es un disco de canciones que son flores raras, canciones que pueden gustar a mucha gente pero que son claramente distinguibles de lo que es el pop actual. Y eso las hace especiales. Y como siempre nos piden que digamos qué género hacemos, pues eso, un pop original.

Y la electrónica, ¿qué papel juega?
Es muy interesante porque nos ha permitido crear sonidos desde los que ya existen. Y nos ayuda, sobre todo, a dar un aspecto rítmico a todo el disco y a as canciones, que era algo que habíamos trabajado muy poco, solamente con dos temas en el trabajo anterior y aquí está integrado en el sonido.

¿Se lo pedía el disco o fue la necesidad de experimentar?
Las ganas de probar estaban antes del disco. Queríamos generar esos ritmos, sonoridades y síntesis.

Estaba viviendo en Atenas mientras creaba el disco, ¿cree que ha influido en las sonoridades o en su composición?
Bueno, por qué no, supongo que sí. Sobre todo en el personaje de la Sibila -aparece en la canción Cant de la Sibil·la-, en la idea de crear desde la ficción nuevos mitos que nos alimenten.

En la puesta en escena también apuestan por algo diferente. ¿Nos lo puede contar?
Yo vengo de las artes escénicas. Y cuando creas un disco, estás creando historias y un mundo propio. Y a la hora de acudir a un concierto como público, no solo vas a escuchar porque para eso te pones el disco. Vas a vivir una experiencia, a ver un espectáculo. Y lo mismo que piensas en cómo cantar algo para emocionar, también debes tener en cuenta con que vestuario lo vas a contar, con qué luces. Cuando empezamos no teníamos muchos recursos, así que no insistí en ello porque había otras prioridades. Pero con Clamor lo tenía claro. Quería dirigir un espectáculo que fuera especial y único, como lo son estas canciones. Y que el espectador tenga la sensación de que entra en otro mundo que tiene una contundencia visual, artística y sonora. Es emotivo, impactante y especial.

Con el anterior disco recibieron muchos premios. ¿Hasta qué punto pesa o, al revés, da alas?
Ocurren las dos cosas. Los premios confirman que tu intuición funciona y tienes que seguirla, y a la vez sabes que has creado una expectativa que tu espalda tiene que asumir.Al final hay que jugar, como con todo en la vida, lo mejor que puedas y crear cosas que tengan sentido para ti y que, al compartirlo, tengan sentido para otros.

ARCHIVADO EN: Conciertos, Badalona