Con la Navidad a la vuelta de la esquina, hay quien no se resiste a dejarse vencer por el desánimo ni a vislumbrar unas fiestas navideñas en las que el mensaje del Misterio no llegue de nuevo a cada ciudadano, al margen de lo que puedan ser las campañas publicitarias más comerciales. Y conociendo a Pedro Angulo, el cura de Lerma, era de suponer que él no iba a quedarse con los brazos cruzados, esperanzo ser derrotado por la covid, como así ha sido, de tal manera que ha puesto en marcha una iniciativa para realizar un Belén en el que se mezclen los motivos histórico y los costumbristas.
La idea parte de la imposibilidad de instalar este año el tradicional Belén en el Ayuntamiento de la villa ducal, no tanto por montarlo, pero sí porque la situación de la crisis de la pandemia hace inviable las visitas. Ante esta circunstancia, al sacerdote se le ocurrió la idea de involucrar a los vecinos de Lerma para reinventar el Belén, que aunará ambos conceptos, el historicista y el costumbrista, lo que supone incorporar escenas y personajes de la vida cotidiana en su ambiente habitual. La iniciativa parecía excelente, pero una labor ingente para él solo, por lo que comenzó a correr la voz pidiendo voluntarios y el proyecto ya está en marcha.
Se han sumado al mismo 52 voluntarios. Se hará un Belén con 80 imágenes a tamaño natural, entre 1,50 y 1,60 metros, con la intención de colocarlas a lo largo de toda la Calle Mayor, comenzando en el Arco de la Cárcel y finalizando en la plaza de San Blas. Las figuras colgarán, unas en ventanas y balcones, y otras se instalarán en los escaparates de los comercios instalados en la vía principal de la villa.
El proceso consta de varias partes: el diseño de las figuras, cortarlas y finalmente, pintarlas. Así la primera fase la está haciendo el propio Pedro, contando para recortarlas con la ayuda de Vitín y Julio. Una vez cortadas las figuras se están distribuyendo entre los 52 ‘pintores’ voluntarios que las están finalizando en sus casas al no poder haber reuniones de más de seis personas.
Pedro Angulo destaca, además, que se trata de un Belén ecológico, ya que se están reciclando los paneles que se utilizaron en el montaje de la exposición Las Edades del Hombre que tuvo lugar el pasado año en tres espacios de la villa. Esos paneles se iban a tirar una vez clausurada la muestra, así que el sacerdote con buen criterios expresó su deseo de quedarse con ellos pensando en que en algún momento podrían tener algún uso, como así ha sido.
Entre las 80 imágenes de este Belén reinventado no faltará nadie; a los personajes históricos que conforman el Misterio, es decir, José, María y el Niño con los buey y la mula, se sumarán escenas como la Anunciación, los adoración de los pastores, los Reyes Magos o Herodes. En cuanto a las figuras costumbristas, la idea es vinculadas a la comarca del Arlanza, sus gentes y sus oficios, así no faltará el panadero, el carnicero, los segadores, los herreros o alfareros, la reproducción de un lagar, las lavanderas, el pastor con la flauta... en fin, muy similares al montaje del propio Belén que se podía ver cada Navidad en el Ayuntamiento, pero adaptado a las nuevas circunstancias y, sobre todo, a los lugares donde se instalará.
Algunas figuras irán solas en balcones y ventanas, pero se intentará agruparlas por escenas, sobre todo en los escaparates. La intención es, explica Pedro Angulo, hacer una ruta del Belén, desde la Arco de la Cárcel, donde se instalaría la primera escena, el anuncio a los pastores, seguir el recorrido por la Calle Mayor viendo el resto de escenas y finalizar en la plaza de San Blas, donde se colocará el Misterio, el Ángel, los tres Reyes Magos y los pastores. A buen seguro que esta ruta belenista navideña será un buen reclamo para salir a la calle y disfrutar de esta obra, de lo que representa el mensaje navideño y del trabajo de los voluntarios, ya que como dice Angulo, no son ni Velázquez ni Goya, pero han puesto su corazón en el proyecto. Por eso, el cura agradece esa colaboración y destaca el carácter colectivo del proyecto.