El Juan Abascal baraja reabrir el patio con apoyo municipal

S.F.L.
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El centro lo cierra por las tardes debido a las gamberradas y cree que el Ayuntamiento debe asumir su cuidado fuera del horario escolar

El Juan Abascal baraja reabrir el patio con apoyo municipal

El colegio público Juan Abascal de Briviesca baraja la idea de reabrir el patio del colegio durante las tardes siempre y cuando reciba el apoyo del Ayuntamiento. Desde la dirección del centro declaran que se vieron «obligados» a tomar la decisión de cerrar las instalaciones el pasado mes de noviembre como medida preventiva por la cantidad de actos vandálicos que se registraban fuera del horario escolar.

La decisión se ejecutó directamente desde el colegio, al considerar que era la única opción para atajar el gran número de gamberradas que se llevaban acometiendo durante años.

La directora del centro, Ana Zugasti, declara que ha mantenido varias reuniones con el equipo de gobierno del Consistorio para intentar llegar a un acuerdo sobre el reparto de responsabilidades y poder reabrir el patio para disfrute de todos los briviescanos, aunque solo por las tardes, ya que, mientras ella siga ocupando su puesto, las puertas «no volverán a abrirse por la noche», aclara.

Esta iniciativa persigue exclusivamente frenar el vandalismo. Zugasti considera que el Ayuntamiento deberá «asumir la responsabilidad de los posibles destrozos que se ejecuten en las dependencias y el horario de cierre a una determinada hora», puesto que tanto los profesores como el bedel tienen jornada laboral de mañana.

Desde el Ayuntamiento de Briviesca apoyan la decisión de la dirección. El alcalde de la localidad, Álvaro Morales, explica que todavía «no han llegado una conclusión» pero que se están manteniendo conversaciones para estudiar quién se debe encargar de abrir y cerrar el patio, si el conserje o algún operario municipal.

Es pronto para hablar también de horarios, pero puede que en «verano se alarguen un poco más», declara el regidor para añadir que lo primero es «garantizar la seguridad de las instalaciones». Así, una vez que ambas instituciones lleguen a un acuerdo para abrir de nuevo las puertas del patio, el Ayuntamiento no descarta instalar algún dispositivo de vigilancia para mantener el orden.

Hasta noviembre, cuando se optó por prohibir el acceso fuera del horario escolar, toparse con material destartalado, botellas de cerveza o preservativos por el suelo estaba a la orden del día. En dos meses rompieron tres canastas, los cristales de algunas ventanas y la situación «resultaba insostenible», con partes constantes al seguro.

Los usuarios de la zona no se circunscribían a los alumnos del centro escolar, que solían utilizar el espacio para juntarse con sus amigos y jugar algunos partidos de fútbol o baloncesto. No existía control alguno de las personas que entraban y, según declaran algunos vecinos, «entraba todo aquel que quería, cuando le apetecía, para hacer de todo, hasta botellón». Un lugar poco recomendado para llevar a cabo esas prácticas.

Algunos de los padres y madres de menores que estudian en el centro aseguran que, pese a que entienden por una parte la decisión tomada, les parece «mal» que por las tardes el patio no pueda utilizarse. Una progenitora expone que la zona de juegos para niños en Briviesca «se limita mucho». En la plaza está prohibido jugar al balón y «los chavales más mayores necesitan un espacio para divertirse».

Otro padre añade que en la ciudad «no disponen» de muchos lugares para que los muchachos practiquen sus deportes favoritos. «En el parque de la Florida hay una mini pista de fútbol y baloncesto pero en ella no pueden congregarse mucha gente. Necesitamos más espacios», afirma.