«Hay que ser valiente y denunciar; algo puede cambiar»

A.S.R.
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La actriz burgalesa Cristina Izquierdo Pozo advierte del mensaje actual de 'La violación de Lucrecia', la obra de Shakespeare que su compañía, Brama Teatro, estrena mañana en Cultural Cordón

Cristina Izquierdo Pozo encarna a todos los personajes. - Foto: Teatro Brama

Shakespeare escribió La violación de Lucrecia hace más de 400 años. Contaba la historia de esta mujer romana que vivió en el siglo VI a.C. violada por Sexto Tarquino. Ella denuncia la agresión y, después de pedir a su padre y su marido que la venguen, se suicida. Sus arrestos para hacer público este delito y las consecuencias que tendrá son los que pone como ejemplo a la sociedad actual Brama Teatro en la adaptación a las tablas del poema del británico que estrena en Cultural Cordón este viernes (20.30 horas, 10 euros).

«Ella acaba con su vida y con ese acto provoca que cambie todo el imperio romano, termina con la monarquía, la última es la de los tarquinos, su violador, y se pasa a una república. Es un tema súper actual. Su ejemplo, algo histórico que ocurrió hace 2.000 años, es una lección para las mujeres de hoy: si pasa algo hay que ser valiente y denunciar porque algo puede cambiar», resume Cristina Izquierdo Pozo, actriz nacida en Quintanar de la Sierra, que hace cuatro años decidió volver al terruño y echar raíces con la creación de esta compañía profesional con sede en Salas de los Infantes.

La burgalesa se enfrenta a todos los personajes de esta trama. Es Lucrecia. Y su violador, Sexto Tarquino. Y quienes vengan su ultraje, Bruto y Colatino. «No ponemos a ningún hombre en escena para que el espectador se acerque al texto de una manera más neutra, sin prejuzgar por sexos», explica la intérprete sobre esta adaptación, dirigida por Enrique López, que firma también la dramaturgia, en una apuesta por un teatro desnudo, libre de recursos accesorios, con un estilo contemporáneo, pero fieles al texto de Shakespeare.

Cristina Izquierdo Pozo encarna a todos los personajes.Cristina Izquierdo Pozo encarna a todos los personajes.

Este estreno es importante para Izquierdo Pozo por la fuerza, la actualidad y la lucha por los derechos de la mujer que encierra La violación de Lucrecia, pero también porque supone la presentación de su trabajo y de su compañía en la capital burgalesa. Hasta ahora, y cruza los dedos, el destino les ha jugado una mala pasada y en anteriores intentos han tenido que suspender.

«Tengo muchas ganas de que la gente me conozca en casa, en mi tierra», enfatiza la artista que, aunque ha fijado el centro de operaciones en Salas, sigue pasando más tiempo en la carretera. Es lo que tiene la vida nómada.

Brama Teatro, que en su nombre alude a la urgencia por gritar y clamar desde la escena, surge por la necesidad de crear y de hacerlo en una línea diferente. Izquierdo Pozo se explica: «El teatro se mueve hacia las nuevas tecnologías porque sí y nosotros apostamos por un trabajo más honesto, cuerpo a cuerpo, por recuperar la palabra en medio de una sociedad dominada por la imagen, por volver al inicio, cuando solo había un espectador y un comunicador».

La violación de Lucrecia, que para su producción ha contado con una ayuda Crea de la Fundación Caja de Burgos, es su primera propuesta para adultos. No será la última. Más palmarés tienen para público familiar. Ya han presentado Los maquinistas chu-cu-chú y en marzo preestrenan Monstruo en Santander con el deseo de que también puedan mostrárselas pronto al público capitalino.

Pero el camino no ha hecho más que comenzar. Otros proyectos, algunos en colaboración con artistas burgaleses, la esperan.

Con esta compañía, la actriz está cumpliendo un sueño que empezó a dibujarse cuando de niña se coló en una obra de teatro para adultos que se representó en Quintanar. «Cuando vi aquello, me cambió la vida. Dije ‘yo quiero hacer esto, lo necesito’», recuerda feliz porque ahora, muchos años después, tiene la oportunidad de devolver esa magia a esos pueblos. Y lo hace con Brama Teatro y con el Colectivo de Mujeres Creadoras de Castilla y León, del que es abanderada.

Una lanza por la visibilidad de las creadoras locales. Las inquietudes de Cristina Izquierdo Pozo no se sacian en el escenario. Desde hace tiempo, confabulada con un grupo de colegas de toda la Comunidad, está empeñada en encender los focos sobre el trabajo que realizan las mujeres en el mundo de las artes. Esa meta propició el Colectivo de Mujeres Creadoras de Castilla y León, nacido hace cinco años y que cuenta ya con 80 socias. «Queda mucho camino por recorrer, pero unidas siempre se avanza más y se hace una mejor labor», anota.

Una de las materializaciones más importantes de esta suerte de Fuenteovejuna cultural es la puesta en marcha del Festival Internacional de Mujeres Creadoras, celebrado el pasado mes de mayo en Lerma, Covarrubias y Ura, con una mirada interdisciplinar. Con esta apuesta consigue otro de sus desvelos: llevar la cultura al medio rural. Este encuentro y otro de las mismas características con sede en León, que vivirán su segunda edición en junio, fueron un éxito y han propiciado la promoción de un tercero en Zamora.

«Queremos dar visibilidad a creadoras en el sentido más amplio, desde artistas a cocineras o periodistas», agrega la directora de esta cita, que ya ha iniciado su proyección fuera de España en forma de intercambio de experiencias con otras convocatorias similares como la que recientemente la ha llevado a la ciudad francesa de Montpellier.