Incívica resaca de fin de semana

F.L.D.
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La basura del botellón detrás del Teatro Clunia afea el casco histórico hasta al menos el lunes

Incívica resaca de fin de semana - Foto: Alberto Rodrigo

La labor policial tras las quejas vecinales del Centro Histórico Alto dio sus frutos y desde hace aproximadamente un año el botellón se fue diseminando por otras zonas de la ciudad, aunque no muy lejanas. Los ruidos han desaparecido en los últimos meses, pero la suciedad que genera la ingesta de alcohol en lugares públicos permanece. Los residentes de los edificios próximos a la muralla denuncian prácticamente cada semana la acumulación de basura y residuos en la parte trasera del Teatro Clunia, un lugar más apartado donde los chavales pasan mucho más desapercibidos y no llaman la atención de los agentes municipales.

Las agrupaciones vecinales suelen avisar de la suciedad prácticamente cada lunes, tal y como reconocen fuentes de la asociación Casco Histórico Alto. A los pocos días, en función de cuándo acuda el Semat, la zona queda otra vez limpia. Eso sí, el fin de semana, la práctica del botellón vuelve a provocar que el domingo las traseras del Clunia presenten una imagen deplorable. «Lo hemos transmitido al Ayuntamiento cientos de veces. Incluso hemos adjuntado fotografías, sobre todo en el inicio del curso escolar, cuando hubo aquellos macrobotellones en los alrededores de la Catedral. Aquello queda de pena», reconocen. Al estar tan apartados, matizan desde el colectivo, es más difícil controlar que los grupos de jóvenes beban en la calle y generen basura que después no recogen. Esto sucede desde que hace algo más de un año la Policía Local centrara sus esfuerzos en evitar que se produjeran aglomeraciones de personas en la zona aledaña al Centro de Arte de Caja de Burgos. Ahora, apuntan, se están moviendo hacia lugares con baja visibilidad, como la ladera del Castillo o las traseras del Clunia, donde el ruido y las molestias hacia los vecinos son menores, pero la suciedad la misma.

Desde la asociación Casco Histórico Alto señalan que aún quedan pequeños grupos de personas que siguen practicando botellón en las calles donde más vecinos hay, pero ya son los menos y lo que había hace algo más de un año ha desaparecido. «Es muy difícil que la Policía Local pueda llegar a todos los lados», puntualizan. También se ha reducido, añaden los representantes vecinales, los lanzamientos de tracas de petardos. Tras la campaña realizada por el Ayuntamiento en verano, especialmente antes de las bodas, han conseguido que estas detonaciones hayan bajado aproximadamente el 90%.