Jefe de Bomberos: "Estábamos excluidos de las emergencias"

H. JIMÉNEZ
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El 1 de noviembre, Miguel Ángel Extremo cumplió 3 años al frente del parque de Bomberos de Burgos. En esta entrevista con Diario de Burgos, destaca entre sus tareas haber conseguido más protagonismo del cuerpo que dirige en la gestión de emergencias

Miguel Ángel Extremo, en el garaje de las instalaciones del parque. - Foto: Alberto Rodrigo

Burgalés de 1980 y bombero desde el año 2005, el 1 de noviembre cumplió 3 años al frente del parque de Burgos después de haber dirigido previamente los de Huesca (donde en su momento se convirtió en el jefe más joven de España) y Palencia. Hace unos días perdió a su padre, al que pide expresamente dedicar "un recuerdo eterno", y al mismo tiempo no se olvida de recomendar la adquisición del calendario solidario que este año los bomberos han elaborado en colaboración con Apace y cuya recaudación irá destinada a las personas afectadas por parálisis cerebral y sus familias. Dentro de su tarea de los últimos tiempos una de las más importantes ha sido la consecución de mayor protagonismo del cuerpo que dirige en la gestión de las emergencias, hasta ahora en manos de la Policía Local.

¿Qué balance general hace de estos tres años y qué novedades organizativas ha implantado durante su mandato?

Un balance positivo en tiempos complicados, pues la pandemia lo ha monopolizado todo durante un año y pico. La plantilla es escasa y cuando tratas de implantar mejoras ya se sabe que se encuentran ciertas resistencias. El objetivo es intentar que el servicio de bomberos ocupe el lugar que se merecía en las emergencias de la ciudad porque prácticamente estábamos excluidos. Yo siempre he apostado por un servicio de Bomberos y Protección Civil unificado, algo que por desgracia aquí no se ha podido llevar a cabo. Y el Plan de Emergencias se coordinaba por parte de Policía Local en la dirección técnica, algo que era bastante inusual en España, algo muy extraño. Sabíamos que éramos un servicio de emergencias esencial pero no teníamos el peso que debíamos, así que mi trabajo ha sido intentar potenciar el servicio en la capital y en la provincia, donde también hemos hecho un nuevo convenio y hemos ganado peso específico en materia de coordinación.

¿En qué cambia el hecho de que sean ahora los bomberos y no la policía los que coordinen ese Plan de Emergencias?

En una emergencia el grupo que mayor peso relativo tiene somos nosotros porque somos quienes tenemos medios materiales y humanos. Cuando hay una riada vamos nosotros, con viento, en un incendio, una nevada a partir de ahora también y por eso la coordinación tiene que estar aquí. Con la actualización del plan colocaremos al Servicio de Bomberos al nivel que está en otras ciudades como Valladolid, Salamanca o Palencia. Nada fuera de lo normal.

Era un Plan que llevaba varios años sin actualizarse. ¿Qué contempla esa actualización de cara a la población?

Una evaluación real de los riesgos de la ciudad. Un ejemplo claro es que en el Plan actual todavía figuran los depósitos de CLH en su vieja ubicación del Hospital del Rey y con la capacidad de los antiguos tanques. Con eso se lo digo todo. Ha habido también un crecimiento de empresas en la ciudad, algunas tenían planes de emergencia exterior y otras no tienen. Han cambiado las carreteras, las infraestructuras y nos tenemos que adaptar a todo. Cada vez hay también más riesgos climáticos y nos llegarán episodios puntuales más severos de lluvias, vientos, incendios o inundaciones y hay que organizar los medios que tenemos y coordinarlos. Como ocurre igualmente con la guía de respuestas ante la nieve. Se trata de saber quiénes tenemos que venir y las funciones de cada uno para que los medios municipales estén organizados. Esto es una orquesta y tenemos que tocar todos en la misma línea porque, si no, suena mal.

El Plan de Nevadas se acaba de actualizar. ¿Qué flecos quedaban por pulir en la respuesta de la ciudad, después de las enseñanzas de las grandes nevadas de hace unos años?

Ese Plan también nos lo asignaron en octubre y lo hemos actualizado en cuanto a empresas contratadas y medios propios, además de su activación por fases.

¿Tenemos suficientes recursos con lo que hay ahora mismo para responder ante una gran nevada en la ciudad?

Hay un volumen de recursos envidiable respecto a otras ciudades similares a la nuestra, tenemos 65 máquinas entre Semat, Aguas de Burgos y las empresas externas, pero eso no quita que si cae una gran nevada como la de 2004 no podremos llegar con la celeridad que todos los ciudadanos quieren a la puerta de sus casas. Por eso siempre pedimos prudencia, paciencia y colaboración ciudadana para la limpieza de sus edificios. El famoso bando del alcalde.

¿Qué mejoras de material y de vehículos se prevén en el parque en los próximos meses?

Desde que estoy yo en este cargo la apuesta por el material ha sido importantísima. Hemos estrenado cuatro nuevos camiones y dos vehículos ligeros. La inversión en recursos móviles es muy importante por parte del Ayuntamiento, y aparte se ha hecho renovación de vestuario, nuevos trajes de intervención, pantallas para mejorar la respuesta operativa, tablets en los vehículos para minimizar el error y que la ruta sea la más rápida posible en casos de localización en pueblos de la provincia. Pero ahora estamos en licitación de una bomba rural pesada, un furgón y un vehículo ligero más. Con esto completaremos la renovación en 2022, pero es que veníamos de una situación en la que en 2016 tocamos fondo. Los vehículos estaban viejos, obsoletos, hubo hasta un accidente y saltaron las alarmas. En la anterior legislatura se pusieron las pilas el PP y el PSOE, los dos, y de aquello estamos ahora mucho mejor. Ahora durante unos años solo necesitaremos renovaciones puntuales porque la flota estará completa.

¿Han logrado escapar ustedes de la pugna política que contamina otras muchas áreas?

Sí, se entiende que lo que pedimos desde el Servicio de Bomberos es lógico, justo y acorde con las necesidades de la ciudadanía. Por esa parte yo no tengo queja, ni con el anterior equipo de Gobierno ni con el anterior, de cuya apuesta estoy encantado.

En materia de personal, este año han cubierto 11 plazas más y ya tienen 100 de las 125 plazas que componen la plantilla ideal del parque. ¿Sigue habiendo necesidades?

Las jubilaciones no cesan. En unos días tenemos una y el próximo año llegarán otras 5. Con el déficit que teníamos, añadido a las jubilaciones que llegan, tenemos que seguir metiendo gente. La Oferta de Empleo Público sí que está apostando por ello, hace unos días se publicó la del Ayuntamiento y se ha ofertado el 100% de las vacantes que teníamos. Esas 25 vacantes que quedan son de puestos intermedios y no generan vacantes hasta que se cubren a su vez, así que también necesitamos hacer promoción interna para liberar esas plazas. Esperemos que sea pronto, porque es tan urgente eso como convocar plazas nuevas.

¿Su objetivo es llegar a las 125?

No, eso es imposible y tampoco se necesitan 125 personas. Con 116 o 117 estaríamos bastante cubiertos, pero ahora mismo necesitamos convocar ya las promociones internas de bomberos conductores, cabos y el puesto de cabo de conductores. Hay que intentar agilizar los plazos porque siempre se dilatan, los procesos duran meses. Siendo realistas, si para finales de 2022 logramos hacer convocatorias de bomberos nuevos para que se incorporen en 2023 me daría con un canto en los dientes.

En 2020 tuvieron un récord de intervenciones por la pandemia. ¿Ha bajado algo el ritmo?

Sí que hemos notado por el descenso de las desinfecciones por covid que el año pasado hicimos en residencias de ancianos o centros críticos. Seguramente acabemos con una cifra similar a las de 2019 o 2018.

¿Ha cambiado la covid su forma de trabajar interna y externa?

Sí, sí. Nos obligó a cambiar por completo las relaciones entre los propios bomberos, con los ciudadanos, procedimientos de trabajo... La operativa en sí nos ha cambiado y hemos tenido que mejorar e implantar nuevas técnicas. Y ahora mismo nos puede volver a pasar una intervención por covid, así que seguimos con los procedimientos actualizados y operativos. Por ejemplo, cualquier aviso de rescate de enfermos o impedidos que hacemos casi todos los días.

¿Siguen incrementándose los fallecimientos en soledad?

Sí, estas asistencias van aumentando y son de las que te marcan mucho. Habrá menos fallecidos que en 2020 porque el covid también nos trajo un récord, pero el número general de intervenciones crecerá. El envejecimiento y la soledad influyen mucho en toda Castilla y León.

Próximamente el edificio de la Policía Local va a ser sometido a su primera gran remodelación en 36 años. ¿Y el de Bomberos para cuándo?

Aunque sean edificios coetáneos el nuestro ha envejecido bastante mejor. Se han ido haciendo inversiones con los años, renovación de instalaciones que en nuestros vecinos no se han hecho. Nosotros en los últimos meses hemos instalado un ascensor, mejorado la impermeabilización de la piscina, la torre y tenemos planificada una nueva zona de limpieza y desinfección. Pero habrá que seguir invirtiendo porque el edificio es de principios de los 80 y tenemos goteras en alguna parte del garaje.

Otra renovación de material será la llegada de drones. ¿Cuándo los pondrán en funcionamiento?

Ya los tenemos, pero el papeleo que exigen es muy farragoso. Hay que hacer mucha formación, licencias... estamos con ello y espero que en dos o tres meses podamos sacarlos a la calle.

¿Qué utilidad práctica imagina para ellos?

En búsquedas y rescates serán fundamentales. Están equipados con una cámara térmica para peinar zonas y no solo en la capital, porque nosotros también actuamos en la provincia. Lo mismo para incendios, forestales o industriales. Podemos elevar el aparato y ver cómo se comporta el fuego, cómo se está propagando. Y también para inspecciones de edificios que no sean accesibles y ver en ellos lo que está en mal estado. Nos dará una gran versatilidad en nuestro trabajo.

Lo sorprendente es que esto no esté en marcha hace años.

Yo lo implanté en Palencia en el año 2016, fuimos el segundo servicio de bomberos que lo implantamos, así que yo llevaba tiempo detrás de los drones. Los compañeros de la Policía Local tendrán los suyos propios y en un momento dado incluso nos podremos complementar.

El parque de viviendas de los años 60 y 70 está envejeciendo a marchas forzadas. ¿Lo están notando ustedes?

El año pasado tuvimos 160 intervenciones relacionadas con fachadas. Fueron 45 más que el año anterior y eso ya nos indica una tendencia. Eso nos genera muchos problemas de saneamientos de fachadas, tenemos zonas valladas y balizadas, pero al menos las Inspecciones Técnicas de Edificios están contribuyendo al control de todas estas cuestiones de una manera preventiva.

¿Es imposible luchar contra los pirómanos urbanos que periódicamente queman contenedores?

Imposible no es, porque la Policía siempre está detrás de ellos. Los fines de semana hay gamberradas de los chavales, pero sobre todo tenemos el problema con un pirómano concreto de todos conocido que nos puede quemar 10 o 15 contenedores en una noche. Cada cierto tiempo le cogen, pasa periodos en la cárcel, vuelve a salir y nos la lía. Eso son miles y miles de euros para los contribuyentes burgaleses. Un problema serio.

¿Las terrazas se han convertido en un problema para ustedes por los problemas de accesibilidad que generan en algunos puntos?

Las estructuras fijas son las que generan más inaccesibilidad. Una mesa y cuatro sillas la movemos, pero todo lo que nos dificulte el paso es un problema para nosotros. Urbanísticamente también hay que pensar en que los elementos que quedan bonitos pueden entorpecernos y hay múltiples situaciones en las que necesitamos colocar una autoescala. Así que vallas, coches, bolardos, farolas, bancos pueden molestar y por eso insistimos en que cualquier obra que se haga cuenten con nosotros y con nuestra visión.

¿Y con la concesión de terrazas también les han preguntado?

Menos de lo que nos hubiera gustado. En algunos casos puntuales sí y yo los he informado, pero esta proliferación que ha habido supuestamente era temporal y a ver cuándo acaba... Pero lo importante es que no haya estructuras fijas que nos compliquen el paso.

¿Les da problemas el estado de salud del arbolado en la ciudad?

No excesivamente. La incidencia es muy baja respecto al volumen de arbolado que tenemos. Si no recuerdo mal, tenemos más de 40.000 ejemplares en la ciudad y cerca de 200.000 en el cinturón verde. Es una cifra importantísima y siempre se parte alguna rama o cae algún árbol, y siempre que esto ocurre es escandaloso. Pero las talas también generan mucha polémica así que hay que encontrar un equilibrio.

El convenio con la Diputación y sus parques de voluntarios está ahora en el ecuador de su vigencia. ¿Funciona bien o debe ser revisado?

Hemos mejorado cierta coordinación que estamos implantando pero también va más lento de lo esperado. Creo que de aquí en adelante vendrá el futuro de los servicios de bomberos porque la Diputación sabe que hay que dar un paso adelante. Hace unos meses se aprobó un plan sectorial, la Junta tiene unas partidas para profesionalizar ciertos parques de voluntarios, otras provincias como Palencia, León o Zamora se están moviendo y apostando por esa profesionalización y sé que la provincia de Burgos no se va a quedar atrás. Es el momento. Los voluntarios hacen buena labor, pero la respuesta tiene que ser continuada y con unos recursos acordes.

¿Cuándo llegarán las primeras mujeres al parque de Burgos?

Ojalá pronto. Cuando ellas quieran y se preparen. En Castilla y León solo hay dos, entraron en Palencia en la última promoción. Yo apuesto por ellas, pero por desgracia tenemos muy poquitas instancias. En la última convocatoria solo se presentó una al teórico y suspendió.

¿Qué les enseñó el gran incendio de Campofrío?

Yo estaba en Palencia cuando aquello, pero un incendio de esa envergadura te enseña muchísimo. A raíz de aquello se vieron ciertas carencias en material, en relaciones con las empresas que también estamos evaluando en el Plan de Emergencias. Lo idóneo sería una conexión permanente, que cuando saltara un incendio en una empresa tuvieron los planos, datos de contacto y todos los riesgos. A eso aspiramos dentro de unos años. Y no solo para industrias, sino también para monumentos como la catedral, Las Huelgas, Castilfalé o una comunidad de vecinos que tenga un garaje un poco complicado.

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