Sin tiempo que perder

M.R.Y. (SPC)
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Biden ha empezado con ímpetu un nuevo mandato en el que tendrá que hacer frente a la complicada situación sanitaria y económica que le llevará a acelerar cualquier reforma que sirva para borrar el legado de Trump

El mandatario, con varios documentos pendientes de firmar, en su estreno en el Despacho Oval. - Foto: TOM BRENNER

Han llegado nuevos aires a la Casa Blanca. Y Joe Biden ha querido que se notase desde el mismo momento en que asumió la Presidencia de Estados Unidos. Atrás quedan los cuatro años de mandato de Donald Trump, cuyo legado ya ha comenzado a deshacer.
«No hay tiempo que perder a la hora de resolver las crisis que enfrentamos», escribió Biden en su primer tuit en la cuenta de @POTUS (el sitio verificado para el presidente de EEUU), recuperada por el demócrata tras cuatro años sin ser usada.
Cuatro son las crisis a las que, a juicio del mandatario, se enfrenta el país: una sanitaria -creada de la pandemia-, otra económica -derivada, precisamente, de los problemas causados por el coronavirus-, una medioambiental y una última de tensión racial y desigualdad.
Para tratar de paliarlas cuanto antes, Biden dedicó su primer día en el Despacho Oval a firmar hasta 17 decretos para abordar todos estos asuntos, en su mayoría -nueve de ellos- dedicados a dar marcha atrás a políticas avanzadas por su predecesor. Entre ellas, la cancelación de la emergencia nacional que Trump decretó para desviar fondos y financiar así la construcción del muro fronterizo con México. Pero también el reingreso de EEUU al Acuerdo de París y a la OMS, el fin del veto migratorio a los países de mayoría musulmana o la cancelación de la Comisión 1776, creada por el magnate y que ha publicado informes que distorsionan la Historia de la esclavitud en EEUU.
Son solo una declaración de intenciones, puesto que el nuevo inquilino de la Casa Blanca se ha marcado una intensa agenda.
Así, mientras otros mandatarios se fijan 100 días para dar sus primeros pasos -en este caso, la fecha se situaría en el 29 de abril-, la urgencia aprieta en Estados Unidos y Biden se ha marcado dos semanas para tener buena parte de su programa en marcha.
Para entonces -el 3 de febrero-, irá firmando diferentes órdenes -se esperan más de medio centenar- para paliar esas cuatro crisis.
Contra la pandemia, ya ha lanzado un plan en el que implanta el uso obligatorio de mascarilla en cualquier edificio oficial e implementa los suministros para vacunación, pruebas y equipos de protección personal.
Unido a ello, en materia económica ya ha anunciado un programa para proveer «alivio financiero de emergencia y equitativo» para las familias y las empresas afectadas por la COVID-19. Un conjunto de medidas por un monto de casi dos billones de dólares que deben ser aprobados por el Congreso -donde los demócratas tienen mayoría en las dos Cámaras-.
A la espera de conocer más pasos, la próxima semana la dedicará a abordar aspectos como equidad, Sanidad y medio ambiente, todos ellos con una visión completamente diferente a los últimos cuatro años. En ese último punto, se espera que anuncie en breve planes para una Cumbre de Líderes Climáticos que se celebraría el 22 de abril.
Sobre migración, ya ha desvelado los puntales de su mandato, con la cancelación de las deportaciones o el sustento a los llamados soñadores. Para el próximo viernes se espera que ordene revisar la norma de carga pública, aprobada por Trump, que afecta a los inmigrantes que soliciten un visado a EEUU o deseen obtener su tarjeta de residencia permanente.
Son solo los primeros pasos de Biden, pero comienzan un nuevo camino que ya hay que empezar a andar. Y es que, como dice Biden, no hay tiempo que perder.

 

Innovación y veteranía

El nuevo Gobierno se conformará de manera paritaria, con varios techos de cristal rotos y con un amplio abanico de políticos que aprovecharán su experiencia para cambiar el rumbo.

 

Kamala Harris. Vicepresidenta

Rival de Joe Biden en las primarias demócratas, abandonó la carrera presidencial para tender su mano al finalmente candidato, que la eligió como compañera de fórmula. El pasado miércoles firmó un capítulo con la Historia al convertirse en la primera mujer en alcanzar la Vicepresidecia de Estados Unidos. También en la primera persona negra y de ascendencia asiática en hacerlo. Licenciada en Derecho, ha sido fiscal general de California y senadora desde 2017, es una conocida activista feminista.

 

Anthony Blinken. Secretario de Estado

Blinken reanuda con este cargo su carrera en el Departamento de Estado, donde prestó servicio durante los Gobiernos de Bill Clinton y Barack Obama. Pero esta vez, con Joe Biden, lo hará como máximo responsable de la diplomacia de EEUU, una tarea que se antoja complicada tras los desplantes de la Administración Trump. «Necesitamos trabajar con otros países, necesitamos su cooperación y su asociación», aseguró recientemente en una mano tendida al resto del planeta.

 

Lloyd Austin. Secretario de Defensa

Con 93 votos a favor y solo dos en contra, el Senado confirmó al general Lloyd Austin como nuevo secretario de Defensa. Un hecho histórico, ya que se convierte en el primer afroamericano que se pone al frente del Pentágono. Con una excepcional trayectoria militar que le ha llevado desde el campo de batalla a la lucrativa consultoría para empresas de defensa, este general retirado de cuatro estrellas ha señalado a Asia como el principal foco donde centrar los esfuerzos militares.

 

Merrick Garland. Fiscal General

Es un viejo conocido en el país, después de que fuera nominado por Obama a la Corte Suprema en 2016 y los republicanos le rechazaron en el Senado. Es el juez principal del Tribunal de Apelaciones del Circuito de Washington D.C. y es considerado un magistrado de tendencia moderada. Como responsable del Departamento de Justicia, deberá afrontar las acusaciones contra los asaltantes al Capitolio y posibles denuncias que se presentarán contra Donald Trump ahora que ya no es presidente.

 

Janet Yellen. Secretaria del Tesoro

La expresidenta de la Reserva Federal romperá otro techo de cristal al convertirse en la primera mujer al frente del Tesoro de EEUU. La gestión económica del país será complicada en plena crisis financiera por culpa de la pandemia. Sin embargo, los planes de Yellen son ambiciosos y ya ha pedido «actuar a lo grande» y aprovechar los bajos tipos de interés para realizar inversiones en infraestructuras y en mejorar la competitividad. Tirar la casa por la ventana para hacer frente a las adversidades.

 

Xavier Becerra. Secretario de Salud y Servicios Humanos

En plena pandemia por el coronavirus, el Departamento de Salud cobra una importancia mayor. Xavier Becerra se pondrá al frente de dicha cartera, convirtiéndose en el primer latino en dirigirla, con una amplia experiencia en esta materia. Fiscal general de California, ya fue uno de los expertos que ayudaron a Barack Obama a realizar su reforma sanitaria, conocida como Obamacare, que Biden pretende ampliar. Anthony Fauci será uno de sus principales escuderos.

 

Alejandro Mayorkas. Secretario de Seguridad Nacional

Subsecretario del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) entre 2013 y 2016, será el primer latino en dirigir este Ministerio, encargado de los servicios de ciudadanía e inmigración de Estados Unidos y de aplicar la ley de aduanas. Nacido en La Habana, huyó con su familia siendo niño al comenzar la revolución cubana. Ahora se encargará, según Biden, de «uno de los trabajos más difíciles en el Gobierno», puesto que la amenaza tras el asalto al Capitolio continúa vigente.

 

Deb Haaland. Secretaria de Interior

En 2018, fue una de las dos primeras mujeres nativas americanas en formar parte del Congreso de Estados Unidos, desde donde trabajó por mejorar las condiciones de las casi 600 tribus reconocidas en la nación. Ahora, da u n paso más y se convierte en la primera indígena al frente de un Departamento gubernamental. Congresista por Nuevo México, pertenece a la tribu del Pueblo de Laguna y desde Interior estará a cargo de administrar los recursos naturales del país.

 

William J. Burns. Director de la CIA

Con más de tres décadas como embajador de EEUU, se convertirá en el primer director de la Agencia Central de Inteligencia que procede del ámbito de la diplomacia. Ha servido en diferentes puestos en todo el mundo desde los años 80, con Ronald Reagan en el Gobierno, hasta el último mandato de Barack Obama. Fue embajador en Rusia y negociador del acuerdo nuclear con Irán. Una experiencia que hará que «los estadounidenses puedan dormir tranquilos con él al frente de la CIA», según Biden.

 

Avril Haines. Directora de Inteligencia Nacional

Está llamada a hacer Historia y a ir rompiendo techos de cristal a cada paso que da. Es la primera mujer en asumir la Dirección de Inteligencia Nacional después de haberse convertido en la primera en servir como subdirectora de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) entre 2013 y 2015. Haines, de 51 años, cuenta con amplia experiencia en este ámbito, puesto que ya formó parte del equipo de Seguridad Nacional en la Casa Blanca entre 2015 y 2017. Ha trabajado para Biden en el Senado.