Con la sensación de que perder un partido como el de Burgos «hace daño», pero también con la conciencia tranquila y las ganas intactas de «seguir trabajando» porque el camino a recorrer es aún «muy largo». Así se encuentra la plantilla del Tubos Aranda Villa de Aranda en estos momentos como ha reconocido el portero leonés, y uno de los capitanes también en pista, Luis de Vega.

«Tenemos mucho margen de mejora», ha señalado el meta amarillo, «y más en defensa». Un aspecto del juego cuyo rendimiento choca enormemente hasta ahora con lo visto en las dos últimas temporadas y que pasa, según su valoración personal, «por tener un poco más de contacto y dureza» ante los rivales.

Ahora bien, lograrlo, asume De Vega, aún «nos llevará un poco de tiempo». Por ello, aboga por centrar los esfuerzos actuales del equipo en «nosotros mismos» e ir «partido a partido» para tratar de revertir la situación gradualmente en lugar de hacer grandes teorías de hacia dónde se encamina la liga y qué clubes pasarán a la siguiente fase por el ascenso o no. «No vale de nada echar cuentas de qué puede ser o no ahora porque al final es difícil que las cábalas se cumplan». Así, lo que queda, indica, es «marcarnos pequeños objetivos cada semana» y seguir creciendo día a día. Un punto que tendrá su próximo reto en 15 días en casa ante Novás (este fin de semana se para la División de Honor Plata por la ventana internacional de Selecciones), y que será una cita «especial» tanto para él como para varios de sus compañeros al reencontrarse sobre la pista con viejos conocidos como los jugadores Henrique Petter Solenta y Eloy Krook (con los que coincidió en Aranda), o el propio técnico del conjunto gallego Álvaro Senovilla (también con pasado ribereño).