Condenado un mirandés por ahorcar a un gato callejero

R.C.G.
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El hombre tiene otras denuncias pendientes de juicio por amenazar y agredir a las voluntarias de la protectora que alimentan a las colonias de la Parte Vieja. La condena es de seis meses de cárcel

La actividad de las protectoras ha reducido el número de ejemplares en las colonias callejeras. - Foto: Javier Pozo

Un mirandés ha sido condenado a seis meses de cárcel por matar a un gato, actuación enmarcada dentro de un contexto de reiteradas amenazas a las voluntarias que alimentaban una colonia callejera en la Parte Vieja. El sujeto tiene abiertas más causas judiciales por motivos similares, así que en los próximos meses volverá a sentarse nuevamente en el banquillo por otros dos casos de amenazas a integrantes de la protectora de animales, a quienes en una ocasión llegó a poner un cuchillo en el cuello y agredir físicamente. 

Los hechos por los que ahora ha sido condenado sucedieron hace un año, cuando un gato apareció ahorcado junto al portón de la iglesia San Juan, lugar en el que se deja comida a los animales. Poco después, componentes de la protectora encontraron una nota en la que se les advertía que si seguían alimentando a los felinos les iba a envenenar a todos. El escrito, en el que se culpaba a las voluntarias de generar problemas de suciedad en el barrio por alimentar a los animales, finalizaba con un amenazante «si quieres salvarles, no vuelvas por aquí». 

A partir de ese momento, las personas de la protectora que se ocupan de la colonia de la Parte Vieja han tenido más de un encontronazo con este individuo, aunque el suceso más grave tuvo lugar cuando tras insultar y empujar a dos mujeres, les colocó un cuchillo en el cuello. La mediación de una pareja que paseaba por la zona evitó que la cosa fuera a más hasta que la llegada de la policía hizo que el joven huyera de la zona, aunque los hechos fueron denunciados penalmente, lo que le obligará a pasar otra vez por el juzgado y podría agravar el castigo impuesto ahora por el primer incidente. 

El condenado ha admitido ante la magistrada haber ahorcado al gato, por lo que además de la pena de seis meses de prisión, se le impide tener animales bajo su titularidad. 

Miranda Animal siempre ha defendido la labor  que realiza con las colonias callejeras, que cuenta con la autorización municipal. Además de alimentar a los gatos, lo que ya evita que otras personas dejen comida de forma descontrolada y se genere un problema de salubridad, llevan a cabo el programa CES (captura, esterilización y suelta), que ha evitado el nacimiento de miles de ejemplares que estaban condenados a malvivir en las calle de la ciudad. 

También gestionan decenas de adopciones y cuentan con casas de acogida temporal, tanto para gatos como para perros, tareas que realizan en su gran mayoría con fondos propios gracias a las donaciones de particulares y la recaudación obtenida en tómbolas solidarias, porque la subvención del Ayuntamiento apenas cubre un mínimo porcentaje de los gastos. 

A pesar de las amenazas sufridas, nunca han cesado en su actividad.