En 2022 se cumplirán los 8 años que ha tenido el Ayuntamiento de Burgos para asumir o encargar la redacción del Plan Parcial que establezca la ordenación detallada del sector S-16, también conocido como San Isidro, y con ello evitar que estos terrenos que ahora están clasificados como residenciales pasen a ser rústicos. Un margen de tiempo teóricamente más que suficiente pero que para el Consistorio capitalino parece que se ha quedado corto ya que cuando ha querido reaccionar le ha pillado el toro.
El pasado mes de octubre, se publicaba en la Plataforma de Contratación un concurso con el que se perseguía que una empresa se encargara de la tramitación urbanística del S-16. De unos terrenos que se ubican en un gran triángulo que hay en el entorno de la calle Hermano Rafael, el Camino de Valdechoque y el Punto Limpio Sur (en una zona sin desarrollar tras la plaza Aragón y tras la calle Virgen del Salterio). Se licitó el contrato por un importe de 80.000 euros (IVA incluido) pero ha tenido que declararse desierto tras no recibirse ninguna oferta.
Si ya los plazos eran más que justos para poder disponer de la ordenación detallada antes de que los terrenos se conviertan en rústicos (le legislación determina que si no han superado este trámite urbanístico en 8 años pierden su clasificación como residencial), la falta de interés por parte de empresas para realizar este trabajo hace que sea materialmente imposible llegar a tiempo.
Así lo asume el concejal de Fomento, Daniel Garabito, quien afirma que ya no tiene sentido volver a publicar otro concurso.
Al concejal socialista no le preocupa que el suelo residencial de ese sector pase a ser rústico ya que es una muestra más de que no existe interés por parte de los promotores privados por desarrollarlo. De hecho, no fue esa situación la que motivó que se intentara aprobar la ordenación detallada, sino el hecho de que por ese sector está previsto que discurra en el futuro el cierre de la ronda sur.
Una vez que se ha cerrado la puerta de tener un Plan Parcial, el edil detalla que habrá que buscar la fórmula más adecuada a través de una modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Y ahí, abre la puerta a un nuevo planteamiento de todo ese sector de San Isidro, al que, al menos por el momento, no se le ve futuro como suelo residencial.
Viviendas. Inicialmente, el S-16 estaba planteado como un sector eminentemente residencial que, más allá de ser clave para esa conexión viaria del cierre de la ronda interior sur, contemplaba una edificabilidad máxima de algo más de 100.000 metros cuadrados. Una superficie en la que se preveía poder construir entre 663 y 883 viviendas. El 30% de ellas, al menos, de protección oficial.
A partir del próximo año, estos terrenos pasarán a convertirse en rústicos. Esta situación del S-16 se da también en otra decena de sectores de la ciudad.