El Ebro atraviesa Miranda y eso hace que en los episodios de fuertes avenidas el casco urbano sufra el desbordamiento del cauce en ciertos puntos y de manera periódica. Para paliar en la medida de posible los daños que ocasiona este hecho, el Ayuntamiento solicitó a la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) un estudio sobre el comportamiento hidráulico de los ríos Ebro, Zadorra y Bayas. En este análisis, la entidad gestora de la cuenta ha determinado entre otras soluciones la construcción de pequeños muros de contención y de motas de tierra en las riberas para evitar que el agua entre en las calles. El concejal de Obras, Adrián San Emeterio, explica estas medidas  "encaminadas a disminuir el riesgo", ya que de esta manera "se conseguiría encauzar todavía más el río para que no se salga". En el caso de los muros "se haría por ejemplo por la calle Bilbao", ya que este es uno de los puntos en los que primero se sale el agua. Aún así, hay que tener en cuenta que "no sería una pared de tres metros , por lo que habría que encajarlo reduciendo el impacto visual, pero que sí que cumpla con su función", afirma San Emeterio.

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