«La agarré mal, pero el balón entró y fue como un sueño»

R.M.
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Han pasado casi 20 años desde que este argentino de Rosario lograra el gol del ascenso ante el Orense. Lleva con orgullo la etiqueta de héroe y espera que hoy haya un sucesor

Dani Pendín golpea el balón que terminó en gol ante el Orense y permitió al Burgos subir a Segunda. - Foto: Miguel Ángel Valdivielso

Es el héroe por excelencia del último ascenso a Segunda División. El argentino le robó el corazón a la afición blanquinegra y no solo por el gol en el minuto 80 ante el Ourense, sino por su forma de ser, por su entrega, por su honestidad y por la profesionalidad que mostró en las tres temporadas que estuvo en el club blanquinegro. El caprichoso fútbol quiso que un ‘5’ argentino se llevara la gloria. Pulmón de aquel equipo y con más obligaciones defensivas que ofensivas a lo largo de la temporada, un mal golpeo al borde del área le permitió vivir su mejor recuerdo deportivo como jugador.

Con la cara desencajada sintió el silencio entre el bullicio. Mientras sus compañeros celebraban y El Plantío estallaba, seguía en trance. «No me lo creía, ni siquiera había soñado con algo así», cuenta emocionado. Confía en que la historia se vuelva a repetir y que uno de los integrantes de la actual plantilla comparta con él la categoría de héroe blanquinegro. 

¿Se le sigue poniendo la piel de gallina cuando piensa en aquel gol?

Sí. Hace poco tuve la suerte de volver a El Plantío en la Copa del Rey. Tuve una premonición y le dije a Vicente Moreno que nos iba a tocar jugar contra el Burgos. Cuando llegué a El Plantío comenzaron los recuerdos, ya que no había vuelto a la ciudad en años. Me hizo ilusión y todo lo que es pensar en Burgos siempre se me viene a la mente el play off y aquella temporada tan bonita. Teníamos un buen equipo y un gran entrenador. Fuimos campeones y subimos sin perder en esa fase final. Sobre el papel Ceuta, Ourense y Sabadell eran superiores a nosotros y les pasamos por encima. El recuerdo es inmejorable.

Cuando marca parece que entra en trance.

No me lo creía. Este juego tiene aspectos impredecibles. Queríamos solucionar el ascenso en casa, aunque teníamos un partido más. Pero fue pasando el tiempo y no metíamos gol. La misma gente en la grada también estaba ansiosa. Carlos Terrazas me dijo que me fuera para arriba para buscar algún remate de cabeza. Alberdi me pasó esa pelota, me doy la vuelta, remato y el balón pasa por debajo de las piernas de un jugador y luego entra. Imagínate… no me lo podía creer. Un pivote defensivo no es normal que meta goles. Creo que este año el Burgos me parece más favorito de lo que éramos nosotros. Nos tenían como la cenicienta del grupo y fue inesperado llevárnoslo como nos lo llevamos.

Nunca un mal golpeo dio para tanto.

Ahora que estoy de entrenador siempre le digo a los jugadores que no hay mejor forma de hacer gol que pegarle mal. No la agarré bien, el césped no estaba como ahora, botó el balón raro y no pude chutar como me hubiera gustado. Pero entró y fue como un sueño. Cuando uno visualiza el partido la noche anterior piensa en ganar y en hacer un buen partido, pero sinceramente no se me cruzó por la cabeza que iba a hacer el gol de la victoria y que iba a ser tan importante aquel gol. Esas cosas las piensan los hombres de ataque que están acostumbrados a marcar, pero no futbolistas que tienen un papel más defensivo.

¿Siente orgullo al formar parte de la historia del club y de la ciudad?

La verdad que sí y cuando va pasando el tiempo mucho más. Mis hijos son ya mayores y se van dando cuenta de que al padre en Burgos le quieren mucho. Tuve la suerte de hacer un gol importante en una temporada en la que el objetivo era subir, pero no sentíamos que hubiera una necesidad imperiosa. Cuando va pasando el tiempo uno le va dando más valor a lo conseguido.

Siempre habla del cariño que le tiene a Burgos, aunque el sentimiento es recíproco.

Ahora con las redes sociales te das más cuenta del cariño que te tienen. Hace mucha tiempo que recibo mensajes de la gente del Burgos CF. Uno se siente orgulloso de que después de tanto tiempo se sigan acordando de uno. A mí me reconforta, porque intenté hacer las cosas bien, independientemente de finalmente fuera el autor del gol del ascenso. Pero que te tengan cariño y que sigan escribiendo es con lo que me quedo más que con otra cosa. 

¿Aquel equipo era sobre todo un bloque sólido?

En el grupo II éramos claros candidatos a jugar el play off, a meternos entre los cuatro primeros clasificados, pero en el sorteo general no estábamos entre los favoritos, porque no había ningún jugador con renombre. Éramos gente currante y un equipo con un gran general que era Carlos Terrazas. Era el que marcaba la línea de lo que había que hacer. Éramos un grupo muy obediente, algo que es complicado en esta época y es algo que muchas veces no entiendo. El futbolista ha cambiado mucho. Si Carlos Terrazas nos llega a decir que había que tirarse de cabeza a la tribuna lo hubiéramos hecho. Ahora me cuesta verlo. Y eso que pasaron cosas durante la Liga que marcaron el grupo, como lo que sucedió con César Esteban. Para nosotros fue duro, porque era un hombre importante y el goleador. Tenía un gran peso y se lo cargó. Todos nos quedamos alucinados. Ahí vimos que el entrenador no se andaba con tonterías y fue uno de los mensajes clave. Nos dejó claro que había uno que mandaba y ese era él.

¿Es este Burgos favorito ante el Athletic B?

Sí, pero porque se lo ganaron, no porque nadie le regalara nada. Han hecho una gran ligar regular. Son un gran equipo y yo lo he podido comprobar. Acudimos al partido de Copa con un equipo de mucho nivel y nos costó llevarnos el triunfo. Es más, al final nos pudieron empatar antes de hacer el segundo. Se han ganado ese respeto. Creo que es algo que no les tiene que pesar. Lo que les trajo hasta aquí es una manera de ser y de jugar y no creo que cambien en este últimos encuentro de la temporada. 

¿Pero a un partido los vaticinios son complicados?

Nosotros teníamos otro partido más si no ganábamos al Orense para conseguir el ascenso. Eso nos daba cierta tranquilidad, aunque también sabíamos que todo sería mucho más complicado en su campo. Es verdad que a un partido todo es más determinante porque cualquier error o cualquier situación de esas que no controlamos puede decantar el partido para un lado u otro. El fútbol hay sorpresas por esos aspectos que no se controlan.

¿La presión pesa en estos encuentros?

Sí. Yo llevo 5 años con presión. Siempre le digo a Vicente Moreno que tenemos que ir a un equipo que estemos a mitad de tabla tranquilos (risas). Seguro que salen todos concentrados. Además el equipo tiene una media de edad ideal para no tener esa sensación de nerviosismo. Seguro que están mejor preparados que los futbolistas del Athletic B por un simple tema de juventud. Confío en que todos estarán tranquilos, aunque suena raro que lo diga yo, que me vuelvo loco cada partido en el banquillo. Lo que tengo claro es que tienen que seguir haciendo las cosas que les han traído hasta ahí. Hay que tener en cuenta todos los detalles, no cometer errores de bulto, que no haya expulsiones porque jugar con uno menos te mata, controlar el balón parado… Los partidos son muy parejos porque todos los equipos que llegan aquí son bueno, por lo que lo que marcan son los detalles.

¿Estar enfrente de un filial es uno de los mayores peligros?

El peligro de los filiales es precisamente eso, que son filiales. Estuve hablando con Vicente Moreno y me preguntaba que cómo veía la eliminatoria. Si tienen el día te pintan la cara, pero también son de ese tipo de equipos que si no están cómodos y a gusto son propensos a cometer ese tipo de errores que marcan un partido de este tipo. La verdad es que son imprevisibles. Al Bilbao Athletic le vi en el partido contra la Real B y me pareció un buen equipo. Seguro que es un partido difícil, pero el Burgos tiene equipo para poder superarle y lograr el ascenso.

Si el equipo no consigue el ascenso, ¿será una desilusión?

Sí. Lo que no me gustaría es que se hablara de fracaso, ya que creo que la temporada que ha realizado el equipo es un éxito. A todo el mundo le gusta subir, pero el que no es campeón o no logra el ascenso parece que es un desastre, los jugadores no valen para nada… No me parece justo y no es por quitarles presión, pero a mi me gustaría que se le reconociera al cuerpo técnico y a los jugadores lo que han hecho. A un partido puede pasar cualquier cosa, pero aunque el equipo no suba la temporada sigue siendo un éxito.