La facturación en el comercio cae un 70% el año de la covid

B.G.R.
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El sector más damnificado, y que sigue sin recuperarse, es el del textil y el calzado. Alimentación y hogar se mantienen en niveles similares a los del ejercicio 2019

Las tiendas vinculadas al equipamiento de la persona han visto mermadas sus ventas. - Foto: Jesús J. Matías

Estuvieron cerrados desde el 14 de marzo hasta principios de mayo, cuando se permitió la reanudación de la actividad no esencial bajo la fórmula de cita previa. Desde entonces, el comercio no ha sufrido restricciones de forma directa, salvo los ubicados en las grandes superficies, pero sí que ha padecido las consecuencias negativas de todas las que se han impuesto. Las continuas limitaciones a la hostelería, a la movilidad, al número máximo de personas que pueden reunirse o el toque de queda a las 10 de las noche (incluso durante un tiempo a las ocho de la tarde) han cambiado los hábitos de consumo de los ciudadanos, con una especial repercusión en el equipamiento de la persona debido a la brusca reducción de la vida social.

El último observatorio de la Federación de Empresarios de Comercio (FEC), que analiza la evolución del pasado ejercicio y los primeros meses del actual, revela una caída del 69% de la facturación respecto a 2019. Un descenso registrado principalmente en las tiendas de textil, calzado y complementos, a las que se suman, aunque en menor medida, las que cuentan con un alto componente de servicio, ya sean floristerías, perfumerías, droguerías o tiendas de animales.

«Se trata de actividades muy vinculadas a eventos sociales, a comidas o celebraciones, que aunque puedan realizarse se llevan a cabo en un formato reducido diferente al concepto al que estábamos acostumbrados», sostiene la presidenta de la FEC, Consuelo Fontecha, en referencia al equipamiento de la persona. No obstante, confía en una pronta reactivación cuando empiecen a levantarse las restricciones, poniendo como ejemplo que después del confinamiento del año pasado la reapertura de las tiendas con cita previa funcionó mejor de lo que se había pensado.

En cuanto a otros sectores, la tendencia se repite en líneas generales. La alimentación y el equipamiento del hogar están en niveles similares a ejercicios anteriores, con casos en los que su facturación ha bajado levemente y otros en los que ha aumentado, si bien este incremento ha sido moderado y se sitúa en torno al 1 y el 20%. Sobre el primer subsector, que inicialmente parecía que repuntaba sus ventas, al final la variación no ha sido tal y «estamos consumiendo como lo hacíamos antes de la pandemia», ya sea en formatos comerciales más grandes o por internet. En este punto, Fontecha señala que el comercio electrónico se quedará en la mayoría de las actividades, aunque hace un llamamiento a los ciudadanos para que el lema de ‘compra en tu barrio’ no se quede solo en un mensaje. «Hay que tener en cuenta el esfuerzo que han hecho los comerciantes durante la crisis para ponerse del lado de los consumidores, llevando sus productos a casa y facilitando las compras», sostiene,  al tiempo que destaca la importancia de que «lo reconozcamos» porque de lo contrario «volverá a verse damnificado y no por la pandemia».

El sondeo de la patronal se detiene también en la evolución de los puntos de venta, con una opinión mayoritaria (del 83%) sobre su «permanencia estable». Sin embargo, el 17% restante reconoce se ha visto obligado a bajar la persiana, sobre todo en el equipamiento de la persona. El porcentaje parece bajo si se tiene en cuenta el número de locales vacíos que se acumula en la ciudad, aunque Fontecha incluye también en este escenario a la hostelería, la actividad «más damnificada» por la crisis.

De igual forma y en lo referente al empleo, el 55% de los empresarios encuestados señalan que han mantenido su plantilla y el 13% que incluso la ha aumentado. Por el contrario, el 28% reconoce que ha tenido que reducir el número de trabajadores, al que suma un 4% que continúa con sus empleados en situación de ERTE, correspondiendo esos porcentajes a los subsectores más afectados, incluidos los gimnasios. Con todo ello, la patronal considera que la evolución del mercado laboral «no muestra signos de recuperación».

La misma tendencia se da en el comportamiento de las ventas en  los primeros meses de ejercicio. El 60% de los comerciantes valora que el inicio de año está siendo peor que el de 2020, si bien es cierto que en esta estimación hay que tener en cuenta que el estado de alarma comenzó a mediados de marzo. Fontecha precisa que las ventas continúan paralizadas y que el sector está a la expectativa de lo que ocurra a partir de mayo, cuando acaba el estado de alarma: «La incertidumbre mata el consumo».