Poco a poco la vida va recobrando la normalidad con el paso de las semanas. O la «nueva normalidad», como ha reconocido a DB la atleta ribereña Celia Antón. Un tecnicismo que asume no gustarle para nada, pero que anhela llegue cuanto antes para poder retomar su vida como deportista de élite en la capital de España. Allí precisamente tiene idea de regresar a principios de la presente semana tras haber reabierto ya el Centro de Alto Rendimiento sus puertas y recibido a los primeros deportistas.
«Estoy a la espera de la confirmación para una cita a un reconocimiento médico que nos hacen pasar previo a la entrada para ver si eres apto», señala Antón, «pero los planes son que todo transcurra con naturalidad y que a principios de esta semana esté ya por Madrid».
Y es que, como asume, la ribereña tiene «muchas ganas de volver para poder recuperar allí la rutina». Una rutina que, reconoce, será diferente en adelante porque habrá que incorporar a ella todas las medidas sanitarias pertinentes, pero que, valora, «habrá que hacerla y tomarla como propia porque, para conseguir volver a la normalidad que todos conocíamos, «tendremos que poner todos de nuestra parte».
Dentro de ese escenario de retorno, la intención de Antón se mantiene inamovible. «Cambia el camino, pero no los objetivos», expone. Y es que, con un calendario deportivo suspendido por el momento y con los Juegos Olímpicos aplazados hasta verano de 2021, Antón relata que «todo está en el aire». Al menos por ahora.
Hecho éste, no obstante, que no le apartará de su trabajo diario para tratar de llegar a la cita olímpica en las mejores condiciones posibles y en la que buscará probar fortuna «seguramente», en la modalidad de 5.000 metros.
Más 'normalidad'. Retomar la vida universitaria es el otro aspecto al que tendrá que hacer frente la atleta arandina en próximas fechas más allá de reincorporarse en el CAR a sus entrenadores y compañeros de competición. Y es que, a falta aún de conocer por parte de su centro docente si Antón va a poder realizar su proyecto final de carrera de forma presencial, la arandina tantea ya diferentes opciones como alternativa.
«De momento no hay nada fijo», argumenta. «Mi idea es retomar el proyecto, que es lo único que me queda para terminar la carrera, de forma presencial, pero igual tengo que cambiarlo a teórico porque desde la universidad no saben si va a ser posible realizarlo este verano o lo dejarán ya para septiembre».
Sea como fuere, lo importante, como finaliza, es poder seguir dando pasos hacia el futuro y, con ello, a la vida anterior que todos conocíamos. Con «precaución» y «responsabilidad», eso sí, porque como apunta, sólo así podremos «frenar por fin todo esto».