Tan dispar como el retrato de su paisaje queda el mapa de la evolución epidemiológica de la pandemia en la provincia de Burgos, que tampoco ha mejorado demasiado en la última semana, pese al cierre de la hostelería y a la restricción de visitas de otras comunidades. Frente a la estupenda situación de Belorado y la Bureba y a lenta mejoría en la Ribera y en la Demanda, el alfoz empeora por contagio de la capital y también se observa un alza sostenida en 3 de los 4 núcleos de población de las Merindades. Preocupa especialmente Melgar de Fernamental, donde en solo una semana se ha duplicado la incidencia acumulada en los últimos 14 días, ese indicador que pinta los municipios de rojo por riesgo muy alto a partir de los 500 contagios por cada 100.000 habitantes, y ya está por encima de los 3.200 (37 positivos en una semana). A su favor juega, no obstante, el altísimo índice de trazabilidad de los casos, un 75%.
Pocos de los municipios con más de 1.000 habitantes se encuentran por debajo de esos 400 casos por cada 100.000 personas que ahora marca la Junta como criterio para reabrir la hostelería pero son muy significativos. Pradoluengo, que fue cruelmente castigada por el coronavirus tras el puente de El Pilar, lleva ya 14 días sin un solo positivo, y Belorado y Oña, con tan solo 2 en ese mismo periodo. También se mantienen fuera de peligro Lerma, Briviesca y el Condado de Treviño, que se mueve al ritmo que marcan las autoridades vascas.
En Merindades la situación no resulta homogénea ni sencilla. Sin trasiego con la comunidad vecina, Espinosa de los Monteros sigue siendo un foco preocupante de infección. Tras parecer que retrocedía, se han registrado 11 nuevos casos en la última semana, con los mayores de 65 años como colectivo más castigado, y vuelve a una incidencia cercana a los 3.000, con una trazabilidad nula y un porcentaje de positividad de las pruebas del 20%.
En el extremo opuesto se sitúa Medina de Pomar, con tasas por debajo de los 400 y en descenso. El municipio del Valle de Mena ha registrado 9 positivos nuevos en la última semana y ya supera los 450 de incidencia acumulada por cada 100.000 habitantes en 15 días, mientras que en Villarcayo se acercan a los 600 con una docena de casos detectados en 7 días y un porcentaje de trazabilidad que no llega al 10% de los contagios.
Los dos mayores núcleos de población de la Demanda mejoran pero a un ritmo muy lento. Quintanar de la Sierra aún sigue por encima de los 2.300 casos por cada 100.000 habitantes, con 10 nuevos positivos en la última semana. Sin embargo, se consiguen trazar el 60% de ellos. Mientras, en Salas de los Infantes acaban de rebajar la barrera de los 2.000, si bien aún hay contagios, media docena en los últimos 7 días. En ambas localidades preocupa la altísima incidencia en los mayores de 65 años.
En la Ribera sigue preocupando Roa, con una docena de contagios nuevos en 7 días y una incidencia de 3.000, aunque la trazabilidad superar el 40%. Aranda, con 127 positivos esta semana, siguen aún sin trazar casi el 80% de los contagios, aunque el ritmo de expansión del virus se ha ralentizado mucho.